La Octava del Señor
No pudo ser, y es que el tiempo hace por los cofrades, mandando lluvia para sus días importantes. El domingo, a la hora anunciada, el cielo negro de la ciudad presagiaba un mal desenlace, pero aunque no pudo recorrer su casco histórico, Dios sí buscó el mármol catedralicio, dotando de más solemnidad al momento. Los costaleros sacramentales, siempre a su servicio, acataron la orden y, al milímetro, avanzó el Señor por las naves de la S.I.C.M, hasta que Él mismo quiso descansar hasta el año que viene. Gracias a esta procesión en el interior del mayor templo granadino, tuvimos la suerte de escuchar también, a la Agrupación Musical del Señor de la Salud, de la vecina localidad de Churriana, que tuvo así el honor de ser la única banda de semana santa, que pudo interpretar sus marchas en el interior de la misma, convirtiendo así la jornada en histórica, para ellos en particular, y para el pueblo granadino en general, que disfrutó muy mucho con el buen hacer de esta banda.
El año que viene, espero encarecidamente que brille el sol para la jornada de la Octava, pero sí no es así, tampoco me importaría volver a vivir una jornada como la del pasado domingo, aunque esta vez ya no será como espectador, sino como protagonista, entre las trabajaderas de su paso.
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