Los patios
Dando un paseo por el Albayzín granadino, te puedes encontrar aparte de su personalísimo empedrado, muy apto para subir en tacones, y de las blancas cales que individualizan sus casas, algunas rejas abiertas que te permiten deleitar los cinco sentidos, al contemplar lo que tras ellas se esconde. Macetones, flores, algún que otro árbol, frutal, hacen de los patios albaycineros un maravilloso lugar para abandonarse a todo. Una sensación de tranquilidad, de sosiego y calma, que nos hacen, sin dudarlo, exclamar esa frase de...quién fuera el dueño de esta casa, pá sentarse al fresquito de la tarde...
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