Antes de esta Ventana (VII)
Ante Ti, sublime nazareno del Salvador, se postraron mis antepasados para que Tú los guiaras en su camino; yo llegué tarde, sin embargo, a saber de tu existencia, pero en el sendero de la fe nunca lo es si la dicha es buena, y así me lo demostraste al entrar en tu capilla. Desde entonces te tengo presente en mis oraciones, en mis desvelos y mis ilusiones, porque no hay ayuda más fiel que la tuya, que en Baeza reinas Humilde y soberano.
Esperanzado en tu apoyo siempre paciente, Humildad, acudo a Ti como en otros tiempos lo hicieran aquellos paisanos tuyos cuya sangre corre por mis venas, para que me corrijas el rumbo si alguna vez se me confunde la trayectoria, para que me des consejo en cuantas preguntas inunden mi mente, y para que lleves siempre de la mano, cada vez que salgas a tu calle de la Iglesia, a todas las personas que para mí son importantes. Que ellos encuentren en Ti, la fuerza que yo hallo en tu mirada cada vez que te busco por Baeza.
(Humildad de Baeza Publicado 15/02/2008)
(Fuente fotografía: Revista "Baeza". Año 1950)
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