De excursión
En esta última entrada dedicada a la subida al Mulhacén, ya sólo me queda contar un poco la jornada final, que nos habría de llevar de nuevo a Granada. Nos levantamos pronto, y en seguida nos pusimos en marcha, pues el camino que nos restaba aun era bastante largo, y todavia teníamos que subir al collado, en las mismas faldas del pico antes mencionado. En la fotografía se observa el espectacular aspecto de la Alcazaba con la laguna de las Moscas, donde habíamos pasado la noche...la subidita tiene miga...
...como lo atestiguan las caras de perjudicados que tenemos los personajes de esta otra foto, similar a la anterior; lo que no se aprecia es el dolor de gemelos que teníamos después de haber estado "trotando" durante todo el día anterior.
El Mulhacén, que parecía desafiarnos mientras subíamos, y que al fial acabó burlándose, sin duda, de nosotros, ya que gracias a unas expedicionarias no pudimos culminar nuestro deseo de coronarlo. Espero poder hacerlo algún día...
Con el desánimo que reinaba en buena parte del grupo, comenzamos el camino de vuelta, en dirección a las alpujarras, a las que se accede por una vereda que es punto de reunión de bastantes excursionistas.
El Mulhacén, que parecía desafiarnos mientras subíamos, y que al fial acabó burlándose, sin duda, de nosotros, ya que gracias a unas expedicionarias no pudimos culminar nuestro deseo de coronarlo. Espero poder hacerlo algún día...
Con el desánimo que reinaba en buena parte del grupo, comenzamos el camino de vuelta, en dirección a las alpujarras, a las que se accede por una vereda que es punto de reunión de bastantes excursionistas.
En la última fotografía que os pongo, podemos observar una manchita blanca, que se ve al final, ahí abajo, y que corresponde a Trevélez, encantador municipio de la antes citada Alpujarra granadina, famoso por su jamón serrano, y por las transparentes aguas del río homónimo. Ahí cogimos el autobús hacia nuestra ciudad, con un buen sabor de boca a pesar de no haber subido al pico, y con muchísimas ganas de repetirlo.
(P.D: al día siguiente me fui de veraneo a Calahonda, otra de las playas con encanto de Granada. En apenas tres días había subido a tres mil y pico metros de altura, y los había bajado, llegando al nivel del mar...las cosas que sólo tiene Granada)
Mis gemelos!!
ResponderEliminarMadre mia con lo cerquita que parecía estar Trevélez la madre que...
jajajaaja...te acuerdas? parecía que no íbamos a llegar nunca, y eso que no lo perdimos de vista en ningún momento...ya nos lo dijo David: "lo veís? pues nos queda un ratico para llegar"...qué razón tenía!!!
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