De excursión
Recién empezado el camino, primera parada para tantear las fuerzas, muchos de los que aparecen en la fotografía, tuvieron que quedarse en el camino, decidiendo volver sobre sus pasos a medida que la jornada avanzaba.
La belleza del paisaje es algo perfectamente notorio, y que es único de este paraje natural, con abundancia de especies auctóctonas, sobre todo en flora y en insectos. Como podemos observar en la siguiente fotografía, nuetsro caminar estuvo siempre acompañado por animales salvajes que ahí tienen su hábitat, así como multitud de excursionistas que volvían por el camino en el que nostros íbamos.
En la anterior aparecemos mi amigo David, hoy marido de mi prima, y yo, esperando sentados en sendos riscos a que el resto de la expedición nos alcanzara, y es que no todos llevábamos el mismo ritmo...
Otra muestra más del singular paisaje de nuestra sierra, muy distinto a la idea de paraíso nevado que de ella se tiene, y que hace muy recomendable un paseo por sus veredas y cumbres.
Lavín que panzá subir nos metimos... Hace un par de años hice lo mismo pero bajando, y la verdad es que es brutal.
ResponderEliminarAun así recuerdo más la emoción de descubrir todos aquellos paisajes que la penuria de las cuestas... aunque la bajada a Trevelez no se me ha olvidao todavía! :D
a mí tampoco ser me ha olvidado, Luis, ni la bajada a Trevélez, ni el alpargatazo...pero que lo repetía de cien veces las cien. Dificilmente se lo pueda pasar uno mejor que aquel fin de semana de Agosto, o no??
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué maravilla!
ResponderEliminarAndar y pensar.... lo cura todo.
Antonio
efectivamente, querido Antonio, gratifica bastant perderse por los senderos de la montaña, y dedicarse sólo a disfrutar de lo que se abre ante tus ojos.
ResponderEliminarSaludos desde Graanda