Perspectiva diferente

Es curioso cómo cambian las cosas, cómo lo que hasta hace unos días era tu prioridad y tu anhelo, se modifica apenas en horas, y se da la vuelta sin previo aviso. El azote de la crisis ha llegado a esta ventana, y hace unos días me anunciaron que el puesto que actualmente desempeño iba a dejar de existir, por cierre inmediato de la empresa, y pasaría en breve a engrosar las listas de parados de este país, antes llamado España. Resulta que me vine abajo, que todo se tornó oscuro, y que parecía el final de mis ilusiones y de mis proyectos de futuro. He pasado unos días feos, marcados por la incertidumbre, que me han llevado a contagiarle el desánimo a los que día a día me llevan en volandas, mi novia y mi familia, que en vano intentaban que viera esto con otro color. Entonces una llamada me abrió los ojos, y una oferta de trabajo (entre otras muchas) hace que la Esperanza nunca perdida corrobore una vez más su condición de ser lo último que tenemos que perder; una llamada llena de ilusión desbordada, y de renovadas ganas por seguir siendo lo que soy, y continuar enorgulleciéndome de esta camino que escogí, hace ahora seis años. Una llamada que me devuelve a mis orígenes, en el mediterráneo de mi infancia, para que oriente mis pasos a las mismas metas, que persisten, aunque un poquito transformadas...

A partir del quince de Marzo, esta ventana se escribirá desde un punto de la geografía granadina muy querido para mí, y que de nuevo me abre sus puertas, para vivir en ella por tiempo indefinido...

Vuelvo a tí, que Dios bendiga mi suerte...