Antes de esta ventana (XV)
…ya se palpa en el ambiente, cuando el Jueves de Dolores doblas la esquina de la calle Alhamar con San Antón, el olor a incienso nos constata que la Semana Santa está aquí, y eso es precisamente, no hay quien nos entienda, lo más doloroso, ¿acaso el comienzo no nos acerca al final?. El color de la fachada del templo nos deslumbra cuando lo divisamos reflejado por el sol y el cambio a la penumbra de su interior nos deja ciegos por un momento, pero en seguida observamos a Cristo expuesto en besapiés, en un altar de cultos que nos habla de siglos de historia. La mesa de póstula seguro que nos llama a comprar un recuerdo de la hermandad en forma de fotografía, insignia o guía de horarios, para después quedarnos un ratito aspirando ese aroma que sólo San Agustín posee, y deleitarnos en el altar, sin ningún detalle de más pero tampoco de menos, en una nueva clase magistral de los priostes. Un rato de tertulia, una oración y a casa, dos días más estará el Señor para que sus fieles le cuenten sus duquelas, antes de ser depositado en el altar ambulante que es su paso procesional, caoba y plata, sobriedad de líneas en la talla, y esplendor en los bordados de sus respiraderos, treinta corazones experimentarán ahí la gloria de llevarlo por Granada, tañer de campanas, silencio absoluto, cera color tiniebla, sandalias franciscanas como no podía ser de otro modo, y música de capilla…otro año más, cae la noche del Lunes Santo.
Publicado el día 12/03/2008. Título: Besapiés
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