lo que te trae la música...
A veces, sólo a veces, necesito evadirme y sentir en mis adentros la soledad, para saber que soy yo mismo, y llenarme de mis cosas y mis inquietudes sin que nadie sostenga un ápice de mi carga. Es en esos momentos en los que me siento mejor conmigo mismo, en esos egoístas minutos, a veces horas, en los que sólo existo para mí, es curiosamente cuando nacen las cosas más hermosas, que te acabarán marcando en la vida, y que, paradójicamente, sólo podrás disfrutar en esos ratos de tí mismo, que a veces nunca tenemos. En esos ratos, también, me paro a autocriticarme, a buscar los motivos de mis salidas poco airosas, o de mis grandes triunfos, siempre desde mi punto de vista personal, para intentar comprender si me he equivocado, si no lo he hecho, si debería hacer tal cosa, si deshacer tal otra, para encauzar de nuevo mi ritmo diario y seguir con la rutina. Hoy he encontrado uno de esos ratos, corriendo por la playa, mientras el recién nacido verano me ragalaba aromas de atardecer, salitre y puestas de sol, y me he sentido mejor, cuando todas las imágenes de mi vida que durante los tres cuartos de hora de carrera contínua han aparecido, me han llevado directamente a una, que inmediatamente me ha llevado a momentos más felices, recién estrenada mi relación con la que pronto será mi esposa. Una noche de fútbol sala con grandes amigos, un veinticuatro horas en Almuñecar por su feria de agosto, y ella que andaba por su pueblo viendo al Cristo de la Salud y que se acuerda de mí al escuchar la marcha que, curiosamente, sonaba en mi mp4 cuando me acordaba yo de ella...cosas de la música
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