Despedida...

Por todo lo que me diste...gracias. Porque desde que nací, tus ojos velaron por mí cuando no estaban los de mis padres, y a tu lado me sentía seguro. Porque cuando de niño, me levanté de la anestesia en un quirófano, también fueron tus ojos los primeros que yo ví, y tu inmediata broma me hizo reir y olvidarme de la blancura de mi entorno. Gracias porque sin tí, infatigable paladín de la hombría y el vestirse por los pies, mi casa no sería mi casa y tú sabes bien porqué lo digo. Gracias padrino, por los aguinaldos de Nochebuena, por el arroz con conejo en san José, por prestarnos tu piscina a mí y a los míos, desde Puerta Granada a Adoratrices. Gracias por el consejo siempre presto, la sonrisa siempre atenta, el abrazo siempre desinteresado y el cariño infinito...gracias por querernos así, siempre, a esta familia que hoy llora sin consuelo y que tanto te amaba. Gracias por hablarnos de caza, traernos cosas de tu cortijo, enseñarnos la vida y a aceptarla como venía, sin titubeos ni réplicas. Gracias por contarnos cosas de tu padre, nuestro abuelo, por llevarnos de la mano a nuestro barrio, durante los tiempos de tu infancia y nuestra inesistencia. Gracias, y gracias, y gracias,por sentirte orgulloso de nuestras cosas, y alegrarte con nuestos triunfos. Gracias padrino, por llamarnos para ver los partidos de fútbol, por prestarnos los libros que necesitábamos, por dejarnos jugar con "coki", "tana" y tantos otros perros de cacería, que también compartieron tu cariño; gracias por las liebres para el pastel y por los pasteles del sol; gracias por traernos al mundo a todo nosostros, por estar vestido de médico siempre que hemos pisado un hospital, por permitir la sonrisa de Ignacio, María, Pablo y Beatriz, y sobre todo, gracias por venir a "despedirte" de tu ahijado, vestido de traje azul marino, el día de su boda,...gracias, y un abrazo, el que no pude darte ese terrible treinta y uno, inolvidable tito Pepe, y que te doy ahora que estarás cerquita de tu madre...

D.E.P