Nuestra maqueta...

A simple vista podría ser un cuadro cualquiera, de esos que descansan en las paredes de nuestras casas sin más aparente utilidad que la meramente decorativa. Pero es algo más, éste cuadro esconde toda una ciudad en miniatura, con su lago, sus pinares, sus bomberos, sus carreteras sinuosas y empinadas, sus túneles imposibles y, sobre todo, y de eso se trata precisamente, su estación de ferrocarril. Así es, este cuadro esconde nuestra maqueta de trenes que permanece oculta por él hasta que se abre y llena prácticamente toda la estancia. Con ella hemos jugado de pequeños, preguntándole mil veces a nuestro padre, artífice de tan magna obra, los "porqués" de casi todo, desde cómo era posible que los trenes recorrieran las vías, hasta de qué estaban hechos los pinos...todo era una incógnita para nuestra cabeza, todo nos desertaba la imaginación y nos llamaba la atención...perdón, nos llama la atención, porque todavía no acierto a entender cómo de un sinfín de cables tras un tablero, puede nacer una ciudad con su entramado de casi todo, y es que aún me sigue sorprendiendo nuestra maqueta abierta, juzguen ustedes mismos...