Nuestro primer Belén...
Siempre en mi casa, supongo que en las vuestras también, después de saludar con un beso la excelsa mano de María, cada Inmaculada Concepción, nos disponíamos a dar los primeros pasos para la colocación del Nacimiento, en la esquina de la casa de desgastados recuerdos. En esa esquina, bajo la ventana de la jardinera donde mi madre se esfuerza por salvar del frío granadino-invernal sus macetas de geranios, se han retratado desde siempre las construcciones de las estampas navideñas más clásicas, y sólo se diferencian unas de otras en que nos hacemos mayores, y no nos acompañan los canes familiares. Siempre hemos intentado auydar con nuestras inexpertas manos al verdadero autor de tantos paisajes, y digo hemos intentado, porque la perfección que recorre la creativa mente de mi padre a menudo nos coarta, aunque "ligeramente", nuestras perspectivas...
Han pasado los años, qué duda cabe, y de las fotos antiguas, dos miembros se han ido separando por motivos matrimoniales, de tal manera que aún siendo la misma escena, otro pellizco de la vida hace que se le quite un trozo a la misma, si bien los preparativos continúan siendo en familia. Uno de los miembros es el que está escribiendo estas líneas, y que ha cambiado esa esquina de siempre por un rincón nuevo, en nuestra estrenada casa alboloteña, para instalar, humildemente y con mucho esfuerzo, nuestro primer Belén, del que os dejo a continuación unas instantáneas...
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