Tomad y comed todos de él...
...el cual, una vez entregado a su pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan y, dándote gracias lo partió, y lo dió a sus discípulos diciendo..."tomad y comed todos de él, porque ésto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros, haced esto en conmemoración mía".
Del mismo modo, acabada la Cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo: "tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de una alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros, haced esto en conmemoración mía"...
Y nosotros así lo hacemos, recordando cada domingo en la eucaristía, que Dios hecho hombre murió por nosotros, y que por Él somos quiénes somos. Porque Él quiso, el pan se transforma en cuerpo, y el vino en sangre, para estar entre nosotros cada vez que en su nombre nos reunimos. Así pues, sigamos proclamando nuestra fe durante todo el año, para que el Domingo de Ramos tenga sentido meterse bajo los pasos que lo portan, porque estaríamos vacíos si Él desapareciera de nuestras vidas, careciendo de razón de ser cada "a ésta es" que en su recuerdo realizamos...
Fuente Fotografía: colección particular Delfín Gandiaga
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