Cuenta atrás...
Hoy ya ha comenzado nuestra cuenta atrás, o mejor dicho, el tramo final de la misma. Hoy han empezado esos maravillosos cuarenta días en que habremos de sentirnos impacientes, deseando y a la vez no queriendo que transcurran, y que nos veamos a las puertas de nuestros templos en un radiante Domingo. Hoy es el Miércoles de Ceniza, ayuno y abstinencia, aunque nosotros nos vamos a alimentar de deseos, de expectativas, de búsquedas, de conversaciones, de estrenos,...nosotros nos abstendremos de comer carne en este día, pero nuestra hambre se saciará cuando el sacerdote nos haga el signo de la cruz en la cabeza, y cuando el incienso vuelva a quemarse en nuestra casa, llenando la estancia de cofradía, de sabor de barrio, y de hermandad de penitencia. Hoy es el pricnipio, sólo el pirncipio, de esas cuatro semanas que nos llevarán a la mañana de póstulas, de trajes de chaqueta e intinerarios archirrepetidos, a la plaza de santo Domingo, revuelo de cofrades de la Cena ante los pasos de sus titulares. A la plaza de Alonso Cano donde, en el sagrario, el Cautivo nos dirá que su Madre paseará esa tarde su Encarnación por nuestro casco más histórico. A san Pedro, Sentencia y Maravillas, misa de doce, antigua cita a las once y media en la Plaza de Bib-rrambla para acudir a la misma, con las ideas puestas en la faja morada, la sudadera roja y el pantalón negro de la tarde-noche. A san Andrés, para mirar con nostalgia la puerta de la iglesia donde otrora asomara el palio de la Paz, ante la desafiante puerta, y que la parálisis burocrática ha trasladado, temporal pero indefinidamente, hacia el Perpetuo Socorro. Y, cómo no, hacia la calle Músico Ayala, donde ya todo estará preparado para recibir el expolio del Señor, al anochecer, cuando su cuadrilla alta, esta vez sí Despojado, lo ponga en su barrio...todo listo, pero antes, una dulce espera, una feliz cuaresma para todos vosotros, que estos días sean intensos, y que tarden lo justo en pasar...
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