Esta noche...

Esta noche vuelve a iniciarse todo, una vez más siendo Tú el protagonista, cuando tus priostes se suban a tu altura, y dispongan las cosas para que tu Divina Efigie descanse su solemnidad a pocos metros de nosotros. Volverás, Señor, a emocionarnos cuando vayas descendiendo poco a poco, depositados en Tí nuestros ojos, nuestra repiración entrecortada, nuestras lágrimas a flor de piel, y tu majestuosidad de siglos nos haga de nuevo enmudecer.

Esta noche, centenaria protección de nuestras calles, volverás a presidir tu santo Ángel, a la espera de que las manos de tus cofrades sostengan durante segundos, suspendido en el aire, tu inerte cuerpo, de cara al besapiés, que mañana reunirá, otra vez Señor Tú lo consigues, a toda Granada, ansiosa ya de Lunes Santo, de racheo costalero, de hachones humeantes, de paño de pureza, de calvario de cardos, de caoba y plata...

Esta noche, oh Dios del dolor y el sacrificio, todo un año pasará por nuestra mente, los sucesos acaecidos en estos trescientos y tantos días, nos llevarán inmediatamente al mismo que ahora nos ocupa, hace un año, y descubriremos dichosos que estábamos exactamente donde hoy, rezándote en la intimidad de tu convento, en el silencio de tu capilla, en esa curiosa mueca del destino que nos hace comprender, Crucificado, que a pesar de las vueltas que dé nuestra prestada vida, siempre acabamos junto a Tí, pidiéndote por nuestras cosas, arrepentidos a la vez que esperanzados, siempre confiados en tu naturaleza misericordiosa, y en la tangible realidad de que nada puede afectarnos si ponemos en tus clavadas manos, nuestro ayer, nuestro hoy y nuestro destino...