Estrenando Marzo...

Estrenamos Marzo, y ya bulle en mi interior la necesidad imperiosa de estar en Semana Santa, asomando a mis labios cada día de sol el consabido "hoy hace día de domingo de Ramos". Lo necesito, siento que mi naturaleza precisa desear esa Semana en la que mis amigos se multiplican, en la que cada calle es un saludo, un abrazo y una tertulia. Necesito dejar que el sol me caliente el alma, y llevar mi mente hasta las puertas cofrades, que permiten que las hermandades se pongan en la calle. En estos días, de quinarios agustinos, de presentaciones de cubiertas de palios, y mantos color granate, necesito estar cerca de mi ciudad, que ya prepara los dulces de Semana Santa, en los hornos de las pastelerías de raigambre y tradición. Bullir por sus calles, ataviadas de carteles de cultos, de hermandades, y de templos abiertos, dejando entrever entre las entreabiertas puertas, las labores calladas del prioste.

Sí, en este Marzo recién estrenado, el Cristo de san Agustín en el escaparate de mi centro de trabajo, me lleva de la mano a mis vivencias, a mis ensayos de parihuela roja, de domingos en los que las parejas se despiden con un beso a la entrada de la calle de la casa de hermandad; ella con sus amigas y él con sus hermanos de trabajadera, para peprarar el gran día cuya llegada queremos a medias. Me lleva de la mano a cervezas en el "tabrenáculo", a guías de Semana Santa, y a conciertos de bandas, a la espera de este ansiado período del año que sentimos nuestro, como nuestro nombre, nuestro oficio, o nuestros amigos. Me lleva de la mano a las visitas obligadas a las casas de hermandad, en pos de esos carteles que servirán par ver cuan viejos somos, cuando años más tarde los volvamos a mirar. Hoy, cansado como estoy de estos grises días, me ha parecido bien escribir del sol que buscamos a diario, porque ser español del Sur, lleva asociado sol radiante...hoy escribo, estrenando Marzo, y deseando que acabe pronto para ver la primera en la calle..