Monaguillo dijo...
El más hermoso dolor...
Hay imágenes que poseen un halo especial y único. Los que no comprenden el mundo de la Semana Santa, no llegan a entender nuestra Pasión por determinadas miradas o por determinados rasgos, pero sí que es cierto que delante de algunas imágenes, hasta los incrédulos consiguen levantar en su interior todo un mundo de sensaciones.
Así es la Esperanza Macarena. ¿Cómo es posible ser hermosa en la más profunda amargura?. ¿Cómo explicar que una Madre pueda estar así de guapa mientras se consume por el más grande dolor que puede pasar un ser humano, como es perder a su propia descendencia?. La Esperanza consigue embellecer el trauma, convirtiendo el drama en estética.
Me preguntabas, Abuelo, qué me inspiraba la foto... y no hay otra respuesta que no sea “el más hermoso dolor” que haya visto jamás. Cuando la pequeñez de uno se pone delante de esa mirada compungida y profundamente andaluza, morena, delgada y hermosa, siente la inmensidad de la pena de esa Madre, y lo único que acierta a preguntarse, como bien cantaba la saeta es... “¿cómo una pena tan grande cabe en pañuelo tan chico?”.
Así es la Esperanza Macarena. ¿Cómo es posible ser hermosa en la más profunda amargura?. ¿Cómo explicar que una Madre pueda estar así de guapa mientras se consume por el más grande dolor que puede pasar un ser humano, como es perder a su propia descendencia?. La Esperanza consigue embellecer el trauma, convirtiendo el drama en estética.
Me preguntabas, Abuelo, qué me inspiraba la foto... y no hay otra respuesta que no sea “el más hermoso dolor” que haya visto jamás. Cuando la pequeñez de uno se pone delante de esa mirada compungida y profundamente andaluza, morena, delgada y hermosa, siente la inmensidad de la pena de esa Madre, y lo único que acierta a preguntarse, como bien cantaba la saeta es... “¿cómo una pena tan grande cabe en pañuelo tan chico?”.
Gracias, Álvaro, por colaborar en ésta, tu Ventana.
GraciaS a ti, que tienes estos encargos.
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