Adiós...
Adiós señor, del campo, del fútbol, del deporte, de todo...adiós, capitán del blanco navío del Bernabéu, que a partir de ahora te verá junto a los grandes nombres del recuerdo de su idisincrasia. Adiós, a la ausencia de escándalos, y la hoja de servicios intachable, adiós a las cucharas, a los silencios, a las vibraciones que nos embargaban el cuerpo cuando usted cogía el balón y encaraba la meta rival. Desde que usted llegó al primer equipo, hablar de usted ha sido siempre hablar del Real Madrid, y hablar del club era hacerlo del "7", tan distinto y distante al de D. Emilio, pero igual de pesado en responsabilidad. Verlo jugar, era ver la entrega, la pasión desbordada, el juego limpio, el amor a los colores, el respeto a los rivales, la demostración del orgullo ante el club al que representaba, y la defensa más a ultranza del rojo nacional a la usanza de la Castellana.
Con usted se van los goles de "pillo", y los hechos a base de clase y de coraje, se va el estadio gritando su nombre, y se va la imagen del niño que embelesó a todos desde Zaragoza, hace ahora tantos años. Desde ese momento, "champion League", liga nacional, supercopas, intercontinentales, mundiales y eurocopas, han llevado la firma de sus goles, hasta un número de record, por lo que su nombre quedará siempre en los anales de la historia, y en el recuerdo de los madridistas que ya no escucharemos a Lama gritando..."gooool de Raúl, gooool del Madrid!!"...y en ese recuerdo quedará siempre la Copa del Rey y el título con la selección nacional, que usted no consiguió, aunque sus currículum, a pesar de ello, sea casi inigualable.
Adiós, señor, suerte en su nueva andadura...
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