primero de Octubre...
Hoy se inaugura el mes…y yo te añoro. Lo vengo haciendo desde hace tiempo, desde ese fatídico día en que llamara a mi casa desde Roma y no me cogieran el teléfono; en ese instante, por un ardid de tu cuñado, no me enteré de la tragedia, aunque mi corazón experimentaba un pálpito que me indicaba que algo no marchaba bien. Los que más nos querían, a tí y a mí, no me quisieron hablar de tu despedida, uno a uno, de todos los que habían permanecido junto a tu cama esos horrendos casi dos días, no querían que mi Luna de Miel se viera marcada por el dolor de la pérdida, que sabían que sería fuerte. El verde de la Esperanza se torno en luto, y tú mismo sabías que la vida se te iba, como se marchaba el tren que me llevaba a Florencia, ajeno a tu final, paradojas de la vida, en el comienzo de mi matrimonio.
Yo te añoro, lo sigo haciendo, pues me faltan muchas cosas que viví contigo, aunque son ellas mismas las que me mantienen a tu lado, como me vienes siempre que veo a mi primo chico, que es el que se parece más a ti, aunque desdibujado el parecido por los rasgos de su madre, en esa mezcla especial que les disteis a todos los “Pérez”. Yo te añoro, hoy más, que se cumple un año de que te marcharas, pero la tristeza que me llena al no tenerte, al ver a mi madre echarte en falta en todo momento, al saber la soledad de Yani, Carmen, Nando, Jose y Yago, al hacerme a la idea de que en adoratrices ya no te voy a encontrar, salvo en tus fotos, se disuelve un poco al disfrutar día a día de tu último regalo, tu último gesto, tu última labor profesional, aquella madrugada de Agosto, y que hace poco hizo un añito, sí…cada vez que veo a mi ahijada, yo recuerdo a mi padrino…
"Y bien, aquí la carta ya se termina; la noche ha dejado de ser doncella. La llevará volando una golondrina hasta allí donde vives,...con las estrellas". (Carta a mi viejo. Alberto Córtez)
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