Luna de miel...
Ya falta poco para entrar en la siempre desapacible estación de Termini, con el trasiego de las maletas, la duda del andén, el tren correcto, la búsqueda de los asientos, y la final comodidad para el trayecto, precedida ésta por los momentos de rigor, más o menos largos, en los que el stress se apodera del viajero y, con más razón, de mí, que me agobio enseguida y me aturullo ante la presencia de tantísima gente en desbandada, inherente al descontrol característico de estos lugares. Ya falta poco, pues, para coger el tren que nos lleve hasta Florencia, segunda etapa de nuestro viaje de novios. Antes de eso, tengo que despedirme de Roma, y lo voy a hacer con su noche, para que veáis la belleza que surge en la ciudad cuando se oculta el sol, y la oscuridad se abre paso poco a poco...
La primera visita fue la Fontana de Trevi, en la que "aterrizamos" casi sin darnos cuenta, y ante la insistencia de mi esposa de que la llevase a un lugar en el que ella sintiese que estaba en Roma, eligiendo yo éste, protagonista de un sinfín de postales, y de la hermosísima leyenda de que quién echa una moneda en su interior vuelve a Roma. Yo puedo atestiguar que es cierta...
La Plaza de España, donde se encuentra la embajada de nuestro país en la ciudad eterna, es siempre un bullicio, a cualquier hora del día, y nosotros llegamos a ella a continuación de la anterior parada, tras un apacible paseo, buscando un lugar para descansar un rato y disfrutar de una buena cena, cosa que hicimos al fin, muy cerquita de este bellísimo enclave.
El Trastevere (detrás del Tíber), es un barrio elevado de Roma, al que mucha gente llega a comparar, si ello es posible, con el Albayzín granadino, por las cuestas, el ambiente bohemio que lo envuelve, y las magníficas vistas que existen desde sus miradores, entre otras cosas. Nada más acceder al barrio, nos encotramos con la iglesia que le da nombre,...Santa María in Trastevere...
Como os he dicho con anterioridad, desde sus miradores se puede disfrutar de unas incomparables panorámicas de la ciudad. Para muestra, un botón...
Y eso es todo, nuestra próxima etapa, Florencia. Pero antes la despedida: "arrivederci, Roma"...
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