Hoy es uno de esos días en que las cosas te cogen por sorpresa y te llegan a lo más hondo sin apenas darte cuenta. Desde que me levanté esta mañana, ansioso por ir a la igualá del Señor de Fígares para su paseo por la capital de España, han venido a visitarme los recuerdos de aquella otra efeméride que marcó mi vida costalera, cuando una Señorita granadina perfumó las riberas del río Tíber, y de nuevo he vuelto a meditar sobre las cosas que han sucedido desde entonces.
Tras una dominical mañana entre amigos, he llegado a casa y he continuado dándole vueltas a la cabeza, comparando lo que habrá de llegar el próximo diecinueve de agosto, con lo acaecido aquel dieciocho de Junio, en el que algunos de los que hoy estábamos igualando en la plaza de su nombre, compartimos palo bajo los faldones morados de la que habita en san Jose de Calasanz, preguntándome si volveré a vivir momentos inolvidables, esta vez bajo las trabajaderas del Señor de mi barrio, e intentando imaginar el recorrido que haremos, y lo que contaremos después. Si se cumple mi asistencia, y mi trabajo me permite acudir a Madrid con Jesús Despojado, habré tenido la suerte de ser partícipe de otro momento histórico de nuestra Semana Santa, y ya van unos cuantos...mi Cristo en la Capilla Real y su posterior traslado al santo Ángel tras la restauración del IAPH; la Virgen del Mayor Dolor el Roma, la salida extraornidaria de María Auxiliadiora, el palio de Consolación, y ahora Madrid. A buen seguro, "Sagradas Vestiduras" sonará en las calles madrileñas, cuando el de Ramos Corona discurra por ellas y, al escucharla, mi mente me llevará a esos momentos cuando el tiempo los haga distantes, como ahora ocurre cada vez que la nostalgia se apodera de mí, y la marcha se reproduce en el lector...
Que así sea... un abrazo, abuelo... cuídate...
ResponderEliminareso esperamos...
ResponderEliminarUn abrazo