Volverá a pasar

Mañana me preguntarás, y no sabré que decirte...querrás saber que sentí, pero no acertaré a contarte con palabras todo lo que viví...mañana buscarás mi mirada, cómplice de tantos años, pero mis ojos no podrán hacerte comprender, y no entenderé los motivos que me hacen no explicarme. Mañana, desdibujados por el cansancio, mis pasos intentarán en vano recordar los adoquines que pisaron, las esquinas que doblaron, las aceras que "invadieron", pero será inútil, nada en mi mente me llevará a lo de ayer, porque ese momento, tras vivirlo, me abandona.


Mañana hablarás conmigo, y mis pensamientos esquivos estarán en otro sitio, volando entre las copas de los árboles, acercándome al sueño que se hizo realidad, aunque hoy esté transformado, y sé que te contestaré, mas mis respuestas no estarán centradas en tí, sino en lo que ayer tú y yo compartimos, ajenos a todo lo que nos rodeaba, entregados cada uno en el testimonio de su labor, siempre la tuya más importante que la mía. Mañana, sentiré de nuevo el "repelús" de la madrugada, en mi deambular por las calles silenciosas, vacías de tí y de mí, de nuestras cosas; buscaré el agua para calmar mi sed, pero ya ninguna me sabrá como la de anoche, cuando la bebía cargado de fatiga, y su frescor transformaba mi desfallecimiento. La pesadez de mi andar, se tornará frío y lento, totalmente distinto al altanero de anoche, cuando buscaba el abrazo cálido de los que siento míos, arrebujados en los cuellos de sus abrigos, al amparo de una oscura pared, de un mal iluminado portal, o dejándose calar hasta los huesos el frío que se colaba por alguna callejuela. Mañana te veré otra vez, pero no seremos los mismos, ni tú ni yo, ni los que nos acompañaron, en ese devenir contínuo de la vida, que tú marcas en rojo para mí, para que pueda volver a estar contigo. Mañana te habrás ido, aunque estés aun cerca mía, mañana serás otra, a pesar de ser la misma.


Mañana, tras levantarme tarde, querré contarles a todos que estuve contigo, y me sentiré orgulloso de sentir tu compañía, pero conforme vaya relatando los momentos junto a tí, la herida de la nostalgia ya habrá empezado a hacer mella, de hecho creo que inició su cometido anoche mismo, al despedirnos en tu portal.

Mañana pasaré por tu casa, y al volver la vista atrás, te imaginaré tras la puerta afanada en mil tareas, el trazo de tu perfil volverá a dibujarse nítido en mi mente, cuando sea consciente de lo que me queda por delante para volver a estar contigo...ahora te dejo en tu casa, y mañana vendré buscarte, cuando amanezca otra vez, el Martes Santo...

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