Cuéntame...

Con el pasar contínuo del tiempo, infinidad de situaciones se habrán abierto ante tí, atalaya pétrea de Granada, vigía testimonial de su rutina diaria. Miles de visitantes, cada uno con sus peculiaridades, habrán depositado en tus paredes, en tus rampas de acceso a tu azotea, las mil imágenes que sus ojos descubrieran, y habrán mandado también, miles de recuerdos y pensamientos hacia los que estaban lejos de ellos. Por tus desgastadas losas, Torre impertérrita granadina, un sinfín de pies habrán hoyado tu solar, y un sinfín de manos se habrán posado sobre tí, para asomarse a esa ciudad de la que, seguro, habrán oido hablar una infinidad de veces también, como infinitas son las vistas que desde tí se obtienen en cualquier hora del día, en cualquier día del año, en cualquier año en nuestras vidas.
Cuántas veces habré escuchado la leyenda de las mozas casaderas, que el día dos de Enero subieran hasta tu altura, para hacer sonar las campanas de su ilusión por casarse en ese año; cuántas historias, legendaria torre, se habrán escrito sobre tí, cuántas páginas de cuántos libros, de cuántos diarios, de cuántos cuadernos de viaje, habrán sido garabateadas con todo lo que l inpiración le regalase a sus dueños, al contemplar la magnificencia de tu figura, emblema de la ciudad que lleva la Alhambra por bandera. Cuántas veces, yo mismo habré acudido a la cita que tú impones al ansioso visitante, y habré acompañado los pasos de amigos y conocidos, para presumir de todo lo que tú tienes, de todo lo que tú provocas.
Se te observa desde cualquier rincón de la ciudad, nada más entrar por Recogidas, ya estás marcando el punto exacto dónde van a terminar mil recorridos, dónde van a disparar mil objetivos, donde van a soñar mil corazones. Eres tú, la pieza clave del entramado alhambreño, por ser la más alta, y por tener a tus pies por lo que han llorado reyes árabes, por lo que han enloquecido altezas reales, por lo que han luchado tantos ejércitos desde lo más remoto de los tiempos hasta que los Reyes Católicos te consiguieran...cuéntame, torre de las torres granadinas, qué se siente al estar tan alta, qué se escucha día a día, cuando el rumor del Darro te canta en su marcha hacia Granada, esas melodías que tiene ecos de cornetas, de silencios, de Estrellas y Amarguras, de Consuelo y de Aurora,...de Granada...cuéntame, Torre de la Vela, lo que piensan los que están lejos de tí, y lo que sienten los que te ve por vez primera. Cuéntame, si lo sabes, porqué quiere volver el que a tí llega...


Fuente fotografía: flickr-maldonado

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