Igual que siempre...

Igual que siempre...el tiempo parecía no haber pasado, e incluso se detuvo en el instante en que recibió el pase desde la banda izquierda, miró al defensa y al portero, en su mente fría de goleador eterno, y avanzó un paso para orientar el control hacia el centro del área chica, a mitad de camino entre la frontal y el punto de penalty, y cargó su zurda, la de las cucharas, la de las noches mágicas del Bernabéu, la de la historia viva del fútbol nacional, para batir por bajo a un desorientado Güaita, que no supo ni pudo detener el zarpazo hacia el palo largo, imposible para los metas, y que significó no sólo el empate para el Schalke, sino un escalón más en la escalera del 7 español, una muesca más en el revólver de los goles de categoría, de sabio, de pillo, de mago...
Anoche vibré, no porque un equipo alemán empatase a uno español, ya que en esos casos soy siempre del equipo nacional, sino porque disfruté con el gesto de este hombre, con su rabia, con la celebración del tanto señalándose el dorsal, con la carrera hacia la banda reivindicándose, aunque no le hace falta, y en el azul de la camiseta que ahora viste, ví el mismo azul de esa segunda equipación de un Real Madrid, que siempre lo echará de menos...empató el Schalke, empató Raúl, el máximo goleador de la historia de todas las competiciones europeas...larga vida al rey...


Por fin una entrada como dios manda... amen gruñon amen....
ResponderEliminarqué me gusta verte por aquí...
ResponderEliminarUn abrazo Ruano
¡Que vuelva Gordillo a la banda izda del Villamarín!
ResponderEliminarque vuelva, que vuelva...a mí no se me olvidan las galopadas de medias bajadas hasta los tobillos, rozando las botas, de ese carrilero izquierdo que tantas tardes de buen fútbol dió al Bernabéu y que, para colgarlas, volvió al estadio que lo viera nacer...grande el "gordo"...
ResponderEliminarAhora lo tenéis de nuevo allí, aunque no se vista de corto.
Un beso desde Granada