"tuentiblogorrobos"...




Procuro no enfadarme, si bien es verdad que soy un completo "cascarrabias" a pesar de mis treinta y pocos años, no es menos cierto que luego me comen con sopa y que se me va la fuerza por la boca, y los que me conocen y me aguantan lo saben. Procuro hacer las cosas medio bien, porque creo que no las hago mal del todo, y en caso de que así fuera, como la intención es buena, pues las hace mejores de lo que en realidad son; y tampoco las hago bien del todo, ya que si eso fuese así, probablemente me fuera mejor de lo que me va, aunque no me quejo. Procuro también, os prometo que lo procuro, o intento procurarlo, no poner un gesto torcido cuando me meto a menudo en "blogs" a los que llego de casualidad maldita sea la hora, o en redes sociales que todos tenemos aunque no utilicemos, y me encuentro con cosas que no me gustan, que ocurre a veces, y es el motivo por el que soy bastante selectivo con los sitios que visito y que me visitan, por lo menos asiduamente.

No entro en polémicas que no hayan sido generadas por mí en algún momento de mi rutina, ni suelo comentar cosas que no me lleguen hondo, para bien y para mal, porque entiendo que un blog hay que mantenerlo, y cuesta mucho romperse la cabeza para escribir algo que conecte con los lectores, para que después lo echen por tierra cuatro anónimos y cinco pamplinas. No soy yo de esos que se meten para insultar, para despotricar y para desacreditar con mis tonterías el dignísimo trabajo del que dedica un rato de su tiempo a hacer felices a los demás. Yo entiendo que un blog es eso, o debe ser eso, algo que no sólo nos sirva de vía de escape, sino que además nos una y edifique, antes que destruya, la vida de los que pinchan tu enlace en la red para ver qué has escrito. Por eso no entiendo, y creo que no lo entenderé jamás, que alguien tenga la desfachatez de copiar algo que es tuyo, de copiarlo mal, y encima decir que es suyo. Sé, porque lo sé, que en el momento en que subes algo al blog, una parte de lo escrito deja de pertenecerte para ser de los que te leen, pero no soy yo de los que usan lo de otros y se atribuyen los méritos, y me gustaría recoger lo que siembro, aunque sea pedirle peras al olmo seco, hendido por el rayo y en su mitad podrido que glosara Machado.

Tengo la suerte de tener un blog, pero tengo más suerte aún porque entre mis lectores hay personas a las que he llegado a apreciar, y a las que admiro mucho, y sé que se meten en él y además les gusta. Tengo la suerte de que a mí me guste escribir, y de que sepa hacerlo, al menos, en el sentido de no cometer faltas de ortografía y conseguir, incluso, que mis palabras tengan sentido, pero eso cuesta trabajo. Son horas de pensar qué decir y cómo, de frustrarte cuando llevas tiempo sin subir nada y sabes que alguien estará esperando a que lo hagas, de ver entradas en cualquier cosa y esperar el momento oportuno para subirlas, y de dejar parte de tu vida en un fondo verde con imagen de la Alhambra, para que vengan algunos a copiar lo tuyo, ponerlo en otro lugar con algunos cambios (o sin ellos que es lo más irritante), y encima decir que es suyo. Duele ver cómo tus fotografías, mejores o peores, son alteradas con el photosop, se les quita el nombre y se cuelgan como propias, cuando no le pertenecen, y encima sus amigos le digan lo buena que es la fotografía que ha hecho. Duele saber que lo que tú pares, porque esto en un parto, es una lucha diaria por hacer que esto vaya para arriba y guste, se lo lleve otra persona por ahí, y no tenga la decencia de admitir que no lo ha escrito él/ella, que no era su objetivo el que enfocaba ni su cámara la que disparaba, que no eran sus sentimientos los que hablaban, ni sus manos las que escribían, y duele que todo lo escrito lo ensucie un vulgar "don nadie", porque nadie es el que no tiene nada suyo y todo lo copia, y ningunea lo que es de tí, porque tú lo has creado.

Llevo tiempo dándole vueltas a esto de la Ventana del abuelo, porque mi trabajo me quita tiempo de hacer fotografías, y este blog sin fotos no sería el mismo, e incluso he llegado a la conclusión de que a lo mejor ya no me llena como antes, pero después pienso que es mejor seguir, porque así habrá alguien que no teniendo inventiva, inspiración, cultura e ilusión suficientes para compartir sus cosas con los demás, necesitará de las mías (y de las de tantos como yo) para que su gente sepa que existe, pero lo que más duele, es no saber quién es para decirle a la cara lo que piensas...

Comentarios

  1. Vivimos malos tiempos para la lírica, abuelo.

    No sabes lo bien que comprendo tu entrada de hoy. Hay poquitas mentes ocurrentes, y muchas que le dan al Ctrl-C, Cotrl-V.

    Y respecto a los de los anónimos, pues lamentablemente yo también he tenido que aceptar que la democracia que se esconde tras el anonimato no es posible en éste país. Es algo que las radios y los periódicos ya controlan desde hace tiempo, y los blogs antes o después también lo impedirán... a no ser que sea ese sensacionalismo precisamente lo que buscan.

    Un abrazo.

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  2. Así es Álvaro, lo que pasa es que mientras se controla o no, nos toca bailar con las más fea y el derecho al pataleo...

    Un abrazo

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