La Granada que se fue...

Deambulando por la Feria del libro antiguo y de ocasión, como me gusta hacer siempre que puedo para matar los dos pájaros de un tiro que suponen ver libros, de un lado, y pasear por el centro de la ciudad del otro, me encontré con varios puestos interesantes en lo que a curiosidades se refiere, por lo que no tuve más remedio que hacerme con algunos ejemplares de determinados temas que, en mí, os podéis imaginar de lo que van.

Entre los facsímiles con recetas antiguas, relatos fantásticos, manuales de mil cosas diferentes, y los editoriales que sacara la desparecida caja provincial y, anteriormente, la biblioteca del movimiento, aparecían innumerables libros acerca de dos de mis temas favoritos, Granada y la fotografía, o la fotografía y Granada, que en tierra de reyes tanto monta, monta tanto; Y fue un tremendo hallazgo un "librito" en el que, sobre fondo amarillo, letras negras me llamaban con un sugerente "Granada 1900", con lo que no pude menos que adquirirlo. En sus páginas, envuelta en una lectura rápida y agradable, aparece la Granada de mis abuelos, y la de mis padres también, si bien esta última con menos aportación fotográfica, en la que las instantáneas de Ayola, del archivo de la Casa de los Tiros, y alguna que otra aportación privada, nos presentan cómo fue la ciudad que nos precedió, y la que hemos recibido en herencia. El Darro encontrándose con el Genil a "pecho descubierto", la ciudad dividida en dos orillas, los coches de caballos, los hombres con capa, "chorrojumo" y Valparaíso, el Tranvía de la Sierra (tremenda pérdida para nuestra ciudad, por otra parte), y ese característico sinfín de paisajes que han hecho de nuestra ciudad ese lugar idílico por el que han pasado tantísimas personalidades, desde el momento en que Boabdil llorara su pérdida. Desde esas páginas, he conocido momentos históricos de Granada, cómo la realización del embovedado sobre el Darro, el posterior "reventón" del mismo que dejara ese tremendo socabón en la mismísima Puerta Real de España, la demolición del Puente de Castañeda, del que sólo queda ya el nombre de la calle, y lugares emblemáticos de la Granada de principios del XX, como el café Colón donde se relizaran las tertulias de los cultos señores de la época....con el libro, se han reavivado las ganas de seguir haciendo fotografías de la ciudad, y de escribir sobre ella, por lo que recomiendo al que le interese que lo busque, u otros más voluminosos y con mayor género, como puede ser el del citado fotógrafo Ayola que, curiosamente, descansa en las estantería de casa de mis padres para mi disfrute personal y el de mis hermanos.




No cabe duda de que no se puede transmitir en un post todo lo que me ha devuelto, en unos casos, o me ha descubierto en otros, el gracioso "librillo" que os comento, pero sí puedo hoy, gracias a un correo electrónico que me ha mandado mi padre no hace mucho, haceros partícipes de esa ciudad de la que apenas conocemos nada los que nacimos, p.e, en el año setenta y siete, y que tuvo por principal protagonista un maravilloso sistema de transporte público que erradicaron por ser poco práctico en la futura Granada, y que hoy, años después, tiene abierta la ciudad de Norte a Sur, esto es, el tranvía...


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