Otoño...
De tí no se habla mucho durante el año, sobre todo en Granada, en donde la primavera se espera con ansia para recibir a la Semana Santa y al buen tiempo; el invierno, es la protagonista en la ciudad, ya que Sierra Nevada abre sus pistas y los amantes del esquí acuden por miles a disfrutar de la estación, si bien la capital no nota demasiado esa afluencia y, el verano, ¡ay el verano!, comienza con la feria del Corpus y acaba muy entrado el mes de octubre, masificándose las playas granadinas, con lo que ya le han comido unos días al Otoño, que tanto da a la ciudad y pasa inadvertida.
Tú eres una de las estaciones preferidas, por ejemplo, para el fotógrafo, cuando las luces ocres y doradas ocupan el cielo en asombrosos resplandores, dotando de un carácter especial a la fotografía, que siempre será diferente por lo otoñal, y estará repleta de ese característico color que sólo el Otoño puede darle. Además, en los bosques de la Alhambra, en el paseo de los Basilios, en el del Salón y en un sinfín de lugares granadinos, las hojas caducas de los árboles, como perfecto tapiz, hacen las delicias de los niños que, con sus pequeños pies, las desperdigan por el aire entre risas y voces de alegría; la temperatura del Otoño, para una persona como yo que suda con hablar, es ideal para pasear por la ciudad, sin necesidad de fuertes abrigos, sin pasar frío ni calor, poder sentarte al sol en una plaza y disfrutar de un café, o comer en el campo, absorbiendo lo que el Otoño nos ofrece.
Pateando hojas... anda que no :)
ResponderEliminarMe da a mí, querido amigo, que en Granada ya se están hasta extinguiendo...
ResponderEliminarUn abrazo