Asiento 72: RCD Español 3 - Granada Cf 0
Mal juego, descolocación y despiste, eso es con lo que el Granada salió al estadio de Cornellá en donde rubricó que no sabe a qué juega (prefiero pensar que no sabe a qué juega porque si resulta que sí lo saben pero no quieren hacerlo, eso roza ya la sinvergonzonería). Tres goles a balón parado, diez encajados en las últimas jornadas, más de la mitad de los que había encajado en todas las jornadas anteriores es la lectura que hay que sacar de todo esto y la afición que empieza a desesperarse. No digo yo que vaya a dejar de ir a Los Cármenes, ni que se le pite al equipo, pero sí que empieza a deseperarse, porque este Granada no es, ni por asomo, el desiquilibrante que marcaba goles en casi todas las ocasiones que creaba en casa, el que buscaba el fútbol y lo encontraba en botas de los mismos que este año andan perdidos, en el mejor de los casos, o arrastrándose por el campo en el peor.
El Granada se apaga, nadie sabe manejar al equipo, nadie se compromete, y no hay un estilo que defina su juego, como no hay un juego para crear un estilo; y la culpa no es de Fabri, ése que ha sido destituido porque "Dios" ha hablado con Pina (¿cabe mayor desfachatez?). Nunca he creído que los entrenadores fueran los culpables de las derrotas ni los artífices de las victorias, por lo que Fabri, en el caso del Granada, no tiene más culpa que el vestuario, el banquillo y los titulares, pero es más fácil echar a un entrenador que nos ha ascendido dos veces cogiendo a un equipo en posiciones de descenso, que largar a fichajes inútiles, o a jugadores vagos e irresponsables, por lo que Fabri se va y el equipo se queda, momentanéamente, en esta primera división que no perdona, que no sabe de cosas bien hechas y que, además, suele premiar a los que no se lo merecen.
Ahora habrá que ver qué hay de cierto en esa rumorología granadina, en la que se dice que algunos peces gordos de la plantilla habían creado desavenencias con el míster, y que esas rencillas habían propiciado que el equipo, en represalia, no rindiera ni en los entrenamientos ni en los partidos. Las rabietas de niños chicos de algunos jugadores a los que le dolía el banquillo ha dado, al parecer, con los huesos de Fabri en su Galicia natal, y el vestuario espera la llegada de un Resino que defendió los colores del Atlético en el Manzanares, que ya estuvo von Pina y que como entrenador lleva un corto bagaje, si bien haya hecho algunas cosas. Ahora que Fabri se va, esos jugadores puede que recuperen la titularidad y es posible que empiecen a jugar, y lleven al Granada a ganar partidos; antecedentes hay muchos en esto de fútbol y el más cercano es el propio Atlético que, con Simeone, ha despertado del letargo con los mismos jugadores que lo habían sumido en él.
En fin, los aficionados del Granada acudiremos en masa, una nueva jornada, a recibir al Málaga que nos endosó cuatro en la ida, y éste que os habla, estará en Sevilla la semana próxima esperando ése punto de inflexión que todos ansiamos que llegue para, por lo menos, dar una digna imagen ante un Betis que nos lo va a poner más que difícil, pero sí llega, si el Granada empieza a ganar partidos ahora que Fabri no está, es para que planteemos la calidad de los profesionales de este Granada que, en caso de ser médicos, habrían orinado sobre su juramento hipocrático. Es una opinión, y el Granada Cf está por encima de opiniones...
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