Asiento 72: Real Betis Balompié 1 - Granada CF 2
A las ocho de la mañana estábamos, mi mujer y yo, recogiendo a los primos en Atarfe, "merchandising" en mano, dispuestos a poner rumbo a Sevilla en lo que apuntaba a ser una jornada especial. El frío de la mañana nos acompañó durante buena parte del trayecto haciéndose notar, sobre todo, en Loja, donde paramos a desayunar juanto a varias peñas del Granada CF. Tras el desayuno, el viaje transcurrió apaciblemente y a las once de la mañana ya estábamos por los alrededores del Benito Villamarín donde se notaba el grandísimo ambiente, algo desdibujado al principio por coincidir el derbi andaluz con el "derbi-chico" entre Sevilla Atlético y Betis B, saldado con empate a uno en el marcador dicho sea de paso.
A las once y media tomamos posesión de nuestros asientos en la grada visitante, compartiendo desde temprana hora los cánticos con nuestra afición desplazada hasta Sevilla para pasar una buena mañana de fútbol...¡y vaya si lo hizo!...el choque llegó precedido de un minuto de silencio en honor a Peregil, cortado por el colegiado para dar comienzo al partido cuanto antes, y cuando comenzó la primera mitad fue totalmente rojiblanca. Las gargantas de la afición se desgañitaban por hacerse oir entre los treinta y pico mil abonados verdiblancos que, no obstante, enmudecieron cuando un jugadón de Martins (para mí el mejor del partido) acabó con el balón en las mallas tras punterazo raso de Odión Ighalo, que establecía el 0-1 y ponía tierra de por medio en el marcador, porque en el césped ya estaba establecida esa distancia desde el pitido inicial. El Granada jugaba bien, mantenía una defensa adelantada que presionaba rápida y eficazmente, y sacaba el balón con solvencia jugado desde atrás. Fruto de ese manejo del esférico, acompañado en la "jaula" por los olés de los granadinos, llegó una contra por la izquierda que acabaría en gol, previo pase preciosista de Martins a Jara (muy activo también durante el choque), el cual regateó al cancerbero local que dudó en la salida, le devolvió la bola al diecisiete rojiblanco y éste, a placer, habilitó el 0-2 que causó el delirio entre los visitantes y la insatisfacción en los locales. Así llegamos al final de la primera parte, con un Betis que no estaba, confiado en la mala racha de los granadinos y en la buena imagen dada en sus anteriores envites, y que claudícó ante un desconocido Granada que cuajó la mejor primera mitad en lo que va de liga.
La calurosa segunda parte empezó con el Granada algo más relajado, aunque tuvo sus ocasiones, y un Betis espoleado por el resultado y que empezó a despertar, jugando tal y como se esperaba de él. El juego fluido de los locales propició múltiples ocasiones de gol que no llegaron a entrar, y sólo consiguieron su premio muy avanzada la segunda parte tras un error de Julio César en un saque de esquina, remachado a la red por Pereira que se acababa de incorporar. Martins pudo hacer el tercero tras un pase de benítez pero llegó algo justo y el portero desbarató la clarísima ocasión.
Tras el pitido final, gran ambiente en la grada con la afición granadina animando al Betis en su retirada a vestuarios y el estadio verdiblanco aplaudiéndoles en lo que significó la confirmación de las buenas relaciones que existen entre ambos clubes.
Suerte al Betis a partir de ahora, y que se repitan muchos años estos partidos, en los que podemos disfrutar, los granadinos, del fútbol de primera además de un día en la maravillosa ciudad de Sevilla...
P.D: mi primo Rafa es adivino...
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