Luna de miel

Siguiendo con la sección dedicada a mi viaje de novios, nos situamos en la segunda dedicada a Florencia, aquel Octubre de dos mil nueve...


Interior de la iglesia de la "Santissima Annunziata", de una sola nave y decorada con mármol en pilares y arcos. Fue construída sobre un oratorio en 1233 por los mercaderes florentinos porque habían visto una aparición de la Virgen. Al trasladarse la orden, en el lugar que ocupaba el oratorio se erigió una iglesia y un convento dedicados a la Madre de Dios. En ella podemos encontrar importantes frescos.



Estatua de mármol en el interior del palacio de los Médici-Riccardi, que fuera residencia de la familia Médici hasta que en 1659 pasa a manos de la segunda familia, que le hizo obras barrocas, ya que en su origen, fue construído según la tónica renacentista. Hoy es la sede del consejo provincial, de la residencia del prefecto y del museo Médici-Riccardi.



Un alto en el camino; comer y beber en Florencia es fácil y no muy caro, ya que por doquier se encuentran bares que, por el parecido con los españoles, nos hace estar como en nuestra casa, aunque siempre es mejor si vas reocomendado. Tal es el caso de la fotografía anterior de la bocadillería "Il fratellini", situada en pleno centro de la ciudad, y en donde se disfruta de unos bocadillos excepcionales a pie de calle, pudiendo depositar tu vino en unas estanterías habilitadas a tal efecto en las paredes de la casa. Jose Ferro nos dijo antes de irnos: "tenéis que comer en el Fratellini", le hicimos caso y se lo agradecimos porque merece la pena, sobre todo para gente como yo, que muero con el "Aliatar"...



En la imagen anterior, un detalle de la fastuosa cúpula que Bruneleschi pintara para el Duomo florentino. Siempre me ha fascinado esta obra, incluso desde mi torpeza siempre he pensado que puede que sea incluso más difícil esta obra que la famosa capilla sixtina de Miguel Angel, tal es la altura a la que está y la terminación de la misma, con la dificultad añadida de la característica forma de cúpula que hace que el trabajo vaya de mayor a menor, y la verdad es que una vez en la catedral, debajo de tantísima historia, de tantos siglos, tengo que decir que me fascina aun más y que todo el mundo debe ir a Florencia sólo por verla "in situ", aunque no sea el único atractivo que posee la ciudad. La foto no le hace justicia, por lo que algún día subiré algunas hechas desde abajo para que se pueda apreciar la magnitud de esta obra pictórica que tantas veces hemos estudiado en los libros.


Para terminar, una foto de mi mujer en el claustro de la iglesia de Santa Croce, en espera de la próxima cita que nos llevará a dar un paseo nocturno por Florencia...


Comentarios

  1. ¡Qué buen gusto de viaje! Ver la cúpula de la Catedral desde cualquier parte de la ciudad ya merece la visita. Pero Santa Croce sigue siendo turbador. Y después de unos pocos exámenes respondiendo a las puertas del Baptisterio, tenerlas delante hace que tengas ganas de llorar.

    Sólo viajando a ciudades como esta se da uno cuenta que a veces, tenemos demasiado amor por nuestra patria chica.

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  2. Aunque no a veces no sea del todo infundado, querido David, sí que es verdad que seguimos mirándonos el ombligo muchas veces amparados en la belleza de la Alhambra y Sierra Nevada, cuando hay hermosísimas ciudades a tiro de piedra que sólo con dar una vuelta de 360º sobre tu eje hacen que estés metido en la historia que tantas veces hemos releído.

    Un abrazo, y gracias por lo del "buen gusto"...

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  3. Qué ganitas tengo de volver... porque volveré ¿verdad Sr. Rajoy?.

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  4. Cuando lo hagas avísame, que yo también quiero volver...

    Un abrazo

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