No creo en tí...




Qué barato sale, visto lo visto, llevar una vida de delincuencia y maldad, de ataque permanente a la filantropía, y de destrozo sistemático de los valores que nos enseñan en las escuelas o, por lo menos en mi época, se nos enseñaban. Qué barato ser adalid de la indecencia, y usar la amistad que te da una compañera para atraerla hacia tu casa y destrozarla de las peores maneras posibles, siendo amparado por la noche y escoltado por los que se llamaban sus "amigos"; Dios me libre de esa amistad, que convierte a mi "amigo" en violador y, a posteriori, en mi asesino. Qué maldad se está apoderando de la raza humana, que estamos haciendo cosas que ni los animales harían, que nos lleva a asesinar a una criatura, robarle una hija a unos padres y una nieta a unos abuelos, que nos lleva a jugar con toda la sociedad cambiando vilmente de declaraciones, echándose la pelota unos a otros, exculpándose de un crimen que, presuntamente, cometieron y luego salir tan tranquilos a la calle y atreverse a mirar desafiantes a los familiares y demás amigos de su "amiga". Qué barato digo, porque no sé si es que yo no entiendo ya el idioma castellano, el de mi patria, o es que en el diccionario a la palabra justicia le han cambiado el significado. Creo que la Justicia nunca puede estar de lado del asesino, el maltratador, el ladrón o el secuestrador, no puede amparar al que extorsiona, ni proteger a la persona equivocada, o es que a lo mejor los equivocados somos la gran mayoría de ciudadanos pacíficos y temerosos de Dios y de las leyes. No puede ser que al "presunto" asesino de una niña se le echen veinte años de cárcel y al resto de imputados se les absuelva...¿dónde queda la justicia, señores sesudos, para el padre, el abuelo y la familia?.

La justicia, esa que mi abuelo entendía desde su despacho de abogado, esa que mi tío, mis primos y hermanos han estudiado en las aulas de Derecho, no es más que una desaparecida que ya no se ve por ningún por lado, a la que han sustituido por esta que tenemos actualmente, en la que ladrones de traje de chaqueta, presuntamente, se quedan con el dinero del contribuyente y se rien, y se han reido del gobierno, del país y de nosotros, humildes trabajadores, que hemos cotizado y sufragado su desvergüenza. En la actualidad, Roldanes, Condes y Dionis, se han quedado en un segundo plano ante la desfachatez de Julianes, Del Nidos, Griñanes, Camps y to sus...me voy a callar. En la actualidad, señores sesudos, se nos está olvidando que insolvente no puede ser una salida, que no se puede disfrazar un robo con una máscara denominada minutas, y que los que están al servicio de la sociedad no pueden utilizar su posición para enriquecerse, o como ellos dirían "enriquecer-noos". No puede ser, que si yo engaño al cliente lo pague, y el que me engañe a mí, que encima se supone que tiene que velar por mi bienestar, siga impune después de repetir sus fechorías; no puede ser que el contribuyente vea cómo el gobierno actual le sube los impuestos porque el anterior se ha gastado los anteriores en "pubs", juergas, señoritas y trajes, porque eso tiene un nombre, ladrón, y el que lo hace y lo encubre es un sinvergüenza. Y yo me pregunto, si al pobre que roba para comer lo meten en la cárcel junto a todos los presos, por qué esta gentuza tiene, encima, privilegios, se les aisla y se les cuida, se les da la opción de estudiar una carrera, hacer gimnasia y cultivar el cuerpo y la mente, sin que nadie haga nada por evitarlo, mientras a veces pueblan las celdas incluso gente inocente. Me lo pregunto, entre otras muchas cosas que me pregunté en su día y me seguiré preguntando toda mi vida, porque no entiendo ni entenderé que se juegue con la justicia, o que ésta sea sólo para el que tiene posibles para pagarla.


En fin, haciendo uso de mi derecho al pataleo, ese que me otorga ser hijo de vecino harto de que nos roben los de arriba, dedico esta entrada a mi desahogo personal, y me autoinvito a relajarme y dejar el agua correr mientras sigo atónito la función diaria de este gran circo mundial que es la sociedad y en la que se han invertido los papeles, el público (entiéndase el contribuyente, o sea, nosotros) hace de payasos, y los que se ríen con sus gracias son ni más ni menos que la clase gobernante...




Fuente fotografías (por orden de aparición): http://www.politicadelalma.blogspot.com/, http://www.monttse.wordpress.com/,

Comentarios

  1. Yo tampoco creo ya en ella... ¡¡¡gran entrada!!!

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  2. Ojalá no tuviésemos que escribir cosas como ésta, Monaguillo, ojalá...

    Un abrazo

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