Asiento 72: Granada CF 4 - Real Sociedad 1
Todo volvió a ser como el año pasado...el estadio fue un clamor durante los noventa minutos, los dos frentes volvieron a saludarse y el sur volvió a interactuar con el resto del respetable, contribuyendo así al mayor divertimento durante el partido. Todo fue bien, muy bien, aunque la Real intentara aguar la fiesta granadina con un cabezazo de Mikel González a los diez minutos tras una indecisión de roberto que volvía a la titularidad. No pudieron los donostiarras hacer más, fundamentalmente porque en la jugada siguiente un centro al área de Mikel Rico sirvió para que Íñigo López -nos estás malacostumbrando Íñigo- conectara un rotundo cabezazo y alojara el balón en las mallas visitantes, marcando por tercera semana consecutiva y estableciendo el 1-1 para que todo volviera a estar como al principio; ya sólo restaba jugar con cabeza y el encuentro pintaría bien.
El Granada dominaba de cabo a rabo el partido, que se puso sobre ruedas tras la expulsión de Illarra, como castigo a una brutal entrada sobre Jara cuando éste enfilaba ya el carril izquierdo del ataque granadino completamente sólo. A partir de ahí, como digo, monólogo nazarí que no encontró oposición por parte de la Real, y que pudo ampliar su ventaja al filo del descanso si el colegiado -malo de necesidad- hubiese pitado penalty tras la entrada sufrida por Fran Rico cuando se encaminaba a empujar el 2-1 a la red.
Tras el descanso, el Granada mostró su mejor cara, la que nos gusta ver, la que engancha al público y atemoriza a los rivales, la que nos lleva a soñar y nos enorgullece cada vez que nos sentamos en la grada de los Cármenes...el Granada jugaba y, como consecuencia de ello, llegó el zapatazo de Jara, el gol de genio, dificilísimo en la ejecución, que vino a premiar la encomiable labor del jugador granadinista durante el choque, y que sirvió para establecer el ansiado 2-1 en el marcador que, por cierto, no funcionaba y no dejó constancia del resultado del partido. Con la consecución del gol, se acabó la Real y empezó Uche, que había saltado al terreno de juego en sustitución de Ighalo, y que vino a culminar la magnífica mañana dominical, tanto en lo climatológico como en lo deportivo. Asomó el ariete en el segundo palo para rematar un balón servido desde la banda derecha, establecer el 3-1 y enloquecer al graderío que espoleó a los suyos y los animó a igualar el 4-1 de la copa, ése resultado que escocía en la grada y que nos alejó de la copa y que se vió alcanzado cuando, de nuevo Uche, aprovechó en la línea de gol un rechace del portero a tiro de Jara para empujar el esférico al fondo de la portería de Bravo.
Con este resultado se llegó al final de un partido que fue del Granada y para el Granada, que nos aleja de los puestos calientes de la tabla y que nos deja en una posición más que tranquila, a la espera del trío de ases al que se tiene que enfrentar el equipo, a saber, Osasuna, Valencia y Atlético de Madrid; de momento, tres victorias en cuatro encuentros, nueve puntos de doce posibles y una moral por la nubes. Fabri estará contento...
Fuente fotografía: www.terra.es
Comentarios
Publicar un comentario