Asiento 72: Villarreal CF 3 - Granada CF 1
Demasiado castigo el recibido por el Granada en su visita al Madrigal, sobre todo a tenor de lo visto en el terreno de Juego, donde cada parte fue de un club y sólo dos detalles puntuales en las medianerías de la segunda mitad dieron con los huesos de los granadinos en el suelo, que sucumbieron con más pena que gloria, cuando su juego no fue inferior al del club anfitrión, aunque perdiesen.
Salió como siempre la zaga del Granada, adelantada y apretando, aunque de manera más tímida que en los dos últimos envites, propiciando que el Villarreal rondara la meta de Julio César en algunas ocasiones, aunque sin crear serio peligro. El Granada hacía un fútbol de contención, intentando no descuidarse atrás y buscando a Jara y Benítez vía Martins para hacer mella en la línea de flotación local, que hacía aguas en algunas ocasiones. Pero fue el Villarreal el que, tras un pase de Cani marcando los tiempos, habilitó a Marcos Ruben que, desde el suelo y en estirada, cruzó el balón magistralmente ante la mirada atónita de Julio César e Íñigo lópez. Un 1-0 en el electrónico que no aminaló a los de Abel, los cuales buscaron el gol y a punto estuvieron de conseguirlo en un cabezazo del propio López estrellado en el palo a la salida de un córner. Los locales la tuvieron también pero Julio César desbarató sus planes en una soberbia actuación.
Así llegamos al descanso y, tras la reanudación, el Granada buscó más, el Granada arriesgó más y, por supuesto, el Granada mereció más...a poco del comienzo y en otra salida de córner Íñigo López, esta ves sí, alojó de cabeza el balón en las mallas amarillas estableciendo las tablas en el marcador y espoleando a los visitantes que pudieron aumentar su ventaja de no ser por el excesivo individualismo de Jara en un contragolpe en el que tardó una eternidad en ver a sus compañeros.
A partir de ahí, la desgracia se cebó con el Granada que hasta ese momento había acorralado a su rival haciendo creer a su hinchada en la remontada, pero Íñigo se lesionó en la jugada del gol y ya nada volvió a funcionar como hasta ese momento. Abel dió entrada a Diakathé, al que le dió tiempo a autoexpulsarse, modificó la defensa retrasando a Benítez al lateral izquierdo para intenar recomponer al equipo pero éste ya estaba condenado. Un fogonazo de la tremenda calidad que atesoran las botas de los futbolistas locales bastó para que Borja Valero recibiera el balón desde atrás y golpeara de potentísima bolea que quitó las telarañas de la portería de Julio César y heló los ánimos visitantes. El gran trabajo del Granada se vió ninguneado ante la eficacia local que, además, vió cómo el guardameta visitante le echaba una mano para apuntillar a su rival, en una desafortunada jugada que acabó con el 3-1 en el marcador. Casi al final, el propio Julio César salvó a su equipo del 4-1 pero, por desgracia, sólo se acordarán algunos del error anterior y no de la tremenda actuación que cuajó el meta anoche.
En resumen, la calidad pudo con el esfuerzo, y la mala fortuna hizo el resto para dejar al Granada a dos puntos del descenso aunque orgulloso del trabajo realizado que esperamos se mantenga en casa, ante la Real, el próximo domingo en jornada matinal. Seguimos confiando, estamos en el buen camino.
Fuente fotografía: www.eldiario24.com
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