Primer jueves...
Estás recién estrenada, Cuaresma, y ya todo se ha desatado en esa cuenta atrás para la que no habrá nuevas vivencias, sino versiones diferentes de una historia que se nos viene contando desde hace dos mil doce años. En esa historia, lo menos importante es el ayuno y la abstinencia que tanto parece picar a los detractores de nuestra fe que, curiosamente, están de acuerdo con el Ramadán y cualesquiera otras versiones de lo mismo. Lo más importante, Cuaresma, es que en tí nos volcamos los cofrades, como lo hicimos en el Adviento, pero ahora para preparar la muerte del Redentor y encaminarnos a la alegría de la Resurrección que, aquí en Granada, se pregona en la calle en tres ocasiones, desde santo Domingo a Vergeles, y que nos colma de felicidad completa. La sensación agridulce se vé ampliamente superada cuando nos concienciamos de que lo que hacemos es para todo el año, que Cristo muere y resucita en nuestras vidas todos los días, en cada uno de nuestros hospitales, en nuestras casas, en nuestro ambiente, y que tú, Cuaresma, eres sólo el período en el que más cerca tenemos los días esperados, que no por ello son los únicos para sentirnos cristianos, de hecho, son la mínima parte.
Para los que nos llamamos cristianos, los viernes serán de espinacas en ajo pollo, bacalao, patatas y legumbres sin "pringá", y todos los demás viernes del año serán de preparación al domingo, día en que Cristo venció a la muerte y que celebramos en la Eucaristía cada vez que el Señor se hace pan y vino para nuestras almas extraviadas. Cuaresma, no sólo eres ensayos, carteles, inciensos y pregones -aunque este año vaya a ir a escuchar dos que tenía ganas desde hace tiempo-, no nos podemos quedar en los cultos, los altares y los conciertos, en las hermosas fotografías y en los via Crucis, Cuaresma, porque tú eres para el cristiano ese tiempo en el que debemos sentirnos mejor con nosotros mismos, reflexionar con las cosas del día a día, y ver a Cristo en todos los que tenemos alrededor ("lo que le hagais al prójimo me lo estareis haciendo a mí) aunque tan difícil nos resulte.
Espero que estos días que me quedan, a mí en particular pero espero que para vosotros en general, sean fructíferos y llenos de fe, de ilusión, de emoción y de vida, ya que nuestro tiempo mejor, los días marcados en nosotros por medio de una cruz de ceniza en la frente, se irán tan pronto como vendrán, quizá más rápido, y siempre nos debe quedar la fe.
Sé bienvenida Cuaresma, y tarda lo que quieras en pasar...
Jamás había leído algo tan bonito sobre la Cuaresma amigo. Bueno, claro, original y con arte. Me ha encantado amigo. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
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