Veraneantes...
Hace ya unos días que vengo practicando el sano "deporte" de bajar a refrescarme un ratito después de trabajar, y es que alguna ventaja tiene hacerlo cerca del mar, y me hace gracia lo desamparados que se encunetran los veraneantes que deciden tomar sus vacaciones días antes del quince de Julio (o después del treinta y uno de Agosto). A partir de ese día, los operarios se afanan en limpiar la playa casi todas las mañanas, el "socorrista" se encuentra colocado en su puesto sobre nuestras cabezas y la plataforma azul con su tobogán se mece al ritmo del mar de verano, porque parece que el mar de los días previos a las medianerías de Julio, ni es de verano ni es mar.
Si eres de los que huye de las aglomeraciones en las piedras sexitanas, si le temes a una vieja con una sombrilla más que al mismísimo Bin Laden, si eres de los que prefiere la tranquilidad de Junio (o de Septiembre) para disfrutar de la playa, debes tener cuidado con cortarte, evita las medusas más que nunca, y no se te ocurra desmayarte porque va a ser difícil que alguien pueda socorrerte. En Junio no se tiene derecho a prácticamente nada, porque parece ser que los veranenates que inundan hasta el hastío nuestra bellísima localidad costera desde Julio a Septiembre son los únicos que pueden optar a unos servicios mínimos dentro de nuestras playas ya que, supongo que al ser más, son los únicos que merecen respeto por parte del consistorio municipal que ningunea e ignora a los restantes que, curiosamente, se dejan más dinero, puesto que en Agosto no hay quien pise un bar en Almuñécar.
Con el verano, llega la mala calidad en el servicio de los restaurantes y bares que, colpasados, se ven obligados a contratar a cualquiera con tal de que las comandas vayan saliendo; disminuye la calidad de vida de los que vivimos todo el año, acabándose a partir de ya mismo la tranquilidad en el sueño, ya que las voces de los niños, de los despreocupados padres, la multiplicación de los ladridos de los perros, las idas y venidas de pandillas de verano, y un largo etcetéra de cosas parecidas que se prolongan hasta altas horas de la madrugada, impiden dormir al que al día siguiente debe ir a trabajar a la misma hora que en invierno y que no tiene derecho a veraneo por multiplicarse, además, las ventas de su patrón. Con el verano se hace imposible aparcar el coche, ocupados los aparcamientos por infinidad de vehículos con sus lonas, sus sábanas en las lunas, sus capas de polvo...que son dejados ahí el día quince de Julio y no se mueven, en algunas casos, hasta el quince de Septiembre; con el verano llega el trabajo doble, el no saber a qué hora vas a abandonar la tienda, y el ver pasar a las mismas caras de siempre que hacen las mismas cosas, porque no varían en un ápice su "modus operandi".
Llevo ya con éste cuatro veranos en Almuñécar, y cada año que pasa constato que, en Agosto, la gente que vive aquí durante el año, huye despavorida hacia sus casas de los pueblos de montaña, como Jete, Otívar y Lentejí, en donde las noches de calor se llevan mejor y no hay "quincenos" en los alrededores. Nunca he tenido nada en contra de los veraneantes, pero es que en algunos casos se olvidan de que el hecho de que ellos estén de vacaciones no debe alterar en ningún caso la vida del que no lo está, como es mi caso, y que sufre en demasía los desmadres de los ocupantes de los pisos que, de quince días en quince días, se convierten en vecinos con los que no se puede convivir.
P.D: Todos hemos sido, somos y seremos veraneantes a tiempo parcial, pero ¿seguro que sabremos comportarnos?.
La fotografía está extraída de: http://blocdenotasdecata.blogspot.com/2010/08/tema-de-hoy-sombrillas-playeras.html
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