Rumores...
Rumores que van y vienen, haciendo y deshaciendo a su antojo todo lo que a su lado asome. Rumores, hay de muchos tipos, infundados, rencorosos, grotescos, maliciosos, inventados, sembradores de discordia, celosos,…pero todos llevan la misma base, el odio y la envidia, que hacen que sus creadores hagan gala de un sinfín de trapalerías y sinsentidos que desembocan en la destrucción más vil y más sucia de todo lo que otros han creado con esfuerzo y que, por ende, ellos no merecen. Pero como en la vida no mandan los merecedores, sino los que con ardides reptiles se apoderan de lo ajeno, así nos va y así nos luce el pelo. Gracias a los rumores, se ponen y quitan cargos, se enaltece a villanos, se les da lo de otros y se les pone en la mano una inmerecida tarta que no sabrán disfrutar mientras la comen, ya que para hacerlo, es preciso que el bocado sepa a la gloria ganada con esfuerzo, y no al amargo cargo de conciencia, los que la tengan. Los rumores, queridos lectores, amigos todos, son las herramientas de las que se sirven los inermes en el honor y el trabajo de a día, que a falta del pan que les otorga la honradez, hacen buenas las tortas de la mezquindad, haciendo de su capa un sayo, y queriéndonos convencer de que su fin justifica los medios.
Pues no, así no deberían funcionar las cosas, pero lo hacen; y aunque el tiempo pone a todos en su sitio, por desgracia, hay veces en que es demasiado, y muy alto el precio que se paga, mientras se observa cómo todo lo tuyo, lo que te has ganado con años de labor callada, se lo llevan otros, con el INRI de que la diferencia no se nota ante los incultos ojos que miran los toros desde la barrera. Es curioso como a toro pasado todo resulta ser bueno, cómo nos damos cuenta del error cometido, de la injusticia sin medida, y de la soberana estupidez. ¿Volveremos a ver las cosas como nunca debieron dejar de ser?...no lo sé, tan sólo espero que los rumores sean falsos, que todo sea un bulo que circula por ahí, que las cosas sigan en su actual sitio, para beneficio de los que necesitan el trabajo, y que no vengan niñatos imberbes a comerse el pan de los que han sacado adelante la empresa. Porque digo yo, si cuando las cosas iban bien no les pagaban más, ¿por qué quitarle ahora que las cosas no van tan bien?...reflexionen empresarios, que arrieros somos y en el camino nos encontraremos.
A todos a los que le vienen fustigando con rumores que ponen en peligro su puesto de trabajo, justo ahora que, precisamente, más falta les hace.
Tienes mucha razón amigo, los rumores no son buenos, y siempre, siempre, hacen que alguien salga perjudicado, normalmente sin razón. Buena entrada.Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
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