Amistad...
Dicen que en la frase "un amigo verdadero" verdadero redunda, y es que se sobreentiende que si alguién se llama amigo tuyo lo será para siempre y de forma sincera y desinteresada. Ahora bien ¿cuántos de nuestros amigos pueden meterse dentro de ese estrecho calcetín?...no hagáis el cálculo, que asusta.
Yo tuve una vez un amigo, compartíamos puesto de trabajo, él en su puesto y yo en el mío, vivimos muchísimas cosas desde el momento en que entró a trabajar a mi lado, ya que yo llevaba tiempo cuando eso ocurrió. No sé si por afinidades verdaderas, o por una búsqueda insaciable y desesperada por su parte de tener alguien con quien hablar (cosa que constaté después), empezamos a congeniar hasta el punto de que pasamos a ser inseparables llegando, incluso, a aislarme de los demás de tan cerrado como estaba en torno a él (es curioso el poder de absorción que tienen algunas personas, que te atraen hacía sí y no llegas a darte cuenta de lo equivocado que estabas hasta que lo ves desde fuera). En nuestro día a día, yo acudía muchas veces a su puesto para hablar, contarle lo que me había pasado o me estaba sucediendo, lo que había hecho el fin de semana, aunque durante los mismos alguna vez que otra también quedamos, con mi esposa, para ir a comer con él a su pueblo, ya que no es de aquí, o él venía a nuestra casa, llegando a dormir en ella durante algunas ocasiones. Todo iba bien hasta que, de pronto, empezó a pedirme explicaciones de con quién andaba o dejaba de andar, de por qué me iba a comer con otros compañeros dejándole, según él, de lado, cuando él sabía (y sabe) cosas de mí que no conoce ni mi esposa (y que ahora me arrepiento de haberle contado), y viceversa. Yo no entendía muy bien la situación, "amistad" no es acaparar a un amigo para que siempre esté contigo y no pueda salir con los demás, así que empecé a encontarme mal, casi al mismo tiempo que él empezó a hacer montañas de granos de arena y a inventarse historias acerca de mí, llegando a meterse en temas personales, cosa que ya no pude aguantar y nos fuímos alejando.
Lo realmente doloroso es que, todos los "amigos" del trabajo que antes salían con nosotros, que desayunaban con nosotros, con los que nos reíamos y pasábamos las duras horas de trabajo, se han desvanecido completamente porque, aunque siguen desempeñando su labor en el mismo sitio, no pasan por mi lado, no me hablan y, si pueden, me quitan la cara hasta el punto de que sólo me saludan cuando nos encontramos directamente y no tienen más remedio; esos "amigos", que ahora están con él dándome la espalda y a los que él insultaba y menospreciaba cuando nos llevábamos bien, no le servían nada más que para ser centro de sus ataques y sornas y a los que, mira tú por donde, ahora quiere con locura.
La vida, como veis, da para mucho; son muchas las sorpresas que te depara y te hace ver, a toro pasado, cosas que antes no veías y que ahora interpretas de otro modo sin saber cual de los dos es el correcto, si el de antes o el de ahora, dejándote una extraña y vacía sensación. ¿Es eso la amistad? ¿cómo se puede entender que a quien le has abierto las puertas de tu casa ahora murmure a tus espaldas y ponga al mundo contra tí?...lo que sí tengo claro es que la amistad verdadera sigue ahí, apoyando, estando para lo que la necesito y, sobre todo, aconsejando cuando la vida se pone "chula", lo que sí tengo claro es que seguiré en la brecha y que pase lo que pase, nunca seré como él...
"Todo el mundo quiere tener un amigo, aunque pocos se toman la molestia de ser uno".
Fuente fotografía: www.elixiresparaelalma.com.ar
Eso es tener mala suerte en esta vida, la mayoría de los amigos que no se echa deben ser para siempre, o casi. Dar con una persona así, no se puede ver venir, porque como dices, absorve y no te deja ver lo demás. Suerte que te has podido dar cuenta a tiempo, y poder seguir teniendo amigos de verdad.
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