Cuaresma...

...¡pararse ahí!...¡los dos costeros por parejo a tierra!...y empieza a desencadenarse la amalgama de nervios que anteceden al paso en la calle, despojándose los sentidos de todo lo supefluo que les impida prestar atención a las órdenes que se van a ir dictando desde fuera y, así, ¡venga de frente!, ¡las "llamás mu cortas"!, se van depositando las ilusiones en la imagen que avanza de corto, salvando los varales los caliches de la puerta...como en la Semana Santa, la vida está llena de "salidas" difíciles que tenemos que salvar, empezando por la que nos trae al mundo, que no se ha visto jamás salida más complicada y más bella, más emocionante y milimétrica, sin que haya nadie capaz de no contener la respiración ante lo que va sucediendo...¡no corred!, la derecha "alante"...¡bueno!...y seguimos avanzando desde el primer momento, desde que el palio encara el dintel del templo para recorrer, rodilla en tierra sus hermanos, los metros que separan la oscuridad de la luz, el silencio de los aplausos, el esfuerzo de la gloria, como avanzamos en la vida sin ver recompensadas las medidas adoptadas, ni los sacrificios hechos, dejando todo a merced del azar y del buen ojo del capataz que, ¡la trasera más a tierra!, ya está sacando el último varal del paso por la puerta expectante y centenaria.


La vida es como una salida en la que se entrega todo al principio, pero guardando una parte de esfuerzo para dosificarlo después, cuando el paso recorra las calles de la ciudad y tengamos que llevarlo; la vida nos permite esos mágicos momentos en los que suspendemos los costeros tras el trabajo concluído, y la gente premia nuestra labor con desintersados aplausos de emociones desatadas, pero tenemos que ser cautos porque esto no ha hecho sino empezar, y lo más difícil está por llegar, habremos de enfrentarnos a multitud de situaciones en las que tendremos que dar la orden precisa, con la medida justa, para que el paso atraviese la puerta sin tocar un respiradero, sin doblar un remate, y que todo transcurra con la normalidad que los priostes dispusieron en las horas de montaje. La euforia del momento deberá ser contenida, puesto que las horas que nos quedan por delante pueden hacerse largas, y seguro que tendremos momentos de flaqueo, como los habrá también para sacar pecho aunque siempre nos sintamos orgullosos de lo que hacemos y por lo que lo hacemos. Cuando el paso se planta en la calle, cuando la banda suelta los tambores retenidos y las cornetas silenciadas rasgan el aire con su metálico quejido, cuando los compases de la música marquen el ritmo de los de abajo, los nervios de la salida se irán disipando poco a poco y, a los sones de la marcha, ¡poco a poco!, ¡la derecha alante y la izquierda atrás! empiece la Virgen a recibir miradas y oraciones, a nosotros, tanto en la salida procesional como en la vida, lo más bonito nos quedará siempre por delante...  


Feliz Cuaresma, y a la Gloria!!

fuente fotografías, por orden de aparición: www.abcdesevilla.es y www.costalerosburraypaz.blogspot.com.

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