Nos vamos de boda...
Hoy es catorce de Septiembre, es un día importante para todos los hermanos del Cristo de san Agustín ya que hoy se celebra la renovación del voto que el ayuntamiento hiciera al Crucificado como Sagrado Protector de la ciudad,...¡espera!, que esto es para otra entrada.
Hoy es catorce de Septiembre, es un día importante en la vida de dos personas (ahora sí) muy importantes para mí, Jorge y Ana, que se darán el "sí, quiero" esta tarde a eso de las seis en la Iglesia parroquial de su pueblo natal, Albolote. Al enlace acudiremos todos los que los queremos y, obviamente, estamos deseando que lleguen las seis para descubrir el traje de la novia y si el novio se pondrá nervioso o no ya que, a día de hoy, eso no ha ocurrido todavía.
Para mí, como cuñado de Ana, que llevo compartiendo con ella los diez años de noviazgo con Jorge, más que nada porque empezaron a salir el mismo año que nosotros, no me es fácil hilvanar unas palabras que le digan a ellos lo contentos que estamos por el momento que están prestos a vivir, pero haré un esfuerzo, primero porque se lo merecen y, segundo, porque así servirá también para que mi mujer pueda comunicarles, mediante esta entrada, casi todo lo que siente, digo casi todo porque hay cosas que sólo una hermana puede decirle a otra en el día de su boda y que serían imposibles de transmitir aquí. Así que vamos a la tarea...
En primer lugar, enhorabuena, al fin habeis cumplido un sueño, casaros y vivir juntos, que es algo que veniais deseando desde hace mucho y todavía no os había sido concedido. Ahora empezaréis a vivir esa incertidumbre, esas mariposas en el estómago, ese nerviosismo que a todos nos embarga cuando llega este momento y, sobre todo, esa sensación agridulce que da el entregarse a la que será tu pareja de por vida teniendo que pagar el precio de abandonar el que ha sido tu hogar hasta ahora. Todos hemos pasado por eso y, aunque nunca llegamos a acostumbrarnos del todo, sí es verdad que la convivencia va mitigando ese sopor y que pronto lo iréis dejando atrás. Os quiero desear lo mejor en esta empresa tan complicada que empezáis hoy y que, os aseguro, será gratificante. Disfrutad desde la víspera de todo lo que vais a vivir, sed muy felices antes, durante y después de la ceremonia, aprovechad para meditad acerca de los amigos y la familia porque van a ser los pilares sobre los que va a edificarse vuestra vida en común, haced muchas fotos y que os hagan muchas vuestra gente, porque siempre es bonito tener las muestras gráficas de cómo se lo pasaron todos en la boda, aunque todas parezcan iguales, tendrán la peculiaridad que otorga la personalidad del que dispara la cámara por lo que todas serán especiales. No os quiteis el traje y el vestido hasta que no llegueis a casa, porque puede que sea la última vez que te lo pongas Jorge, y será la última para Ana. Sentid que estamos a vuestro lado, que os queremos y que vamos a pasarlo en grande con vosotros esta tarde, emocionaos lo justo, que las lágrimas no dejan ver nada de lo que pasa alrededor y dadle gracias a Dios porque os puso al uno en el camino del otro para que hoy celebreis vuestro enlace matrimonial...
Muchas felicidades y hasta esta tarde...¡¡vivan los novios!!
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