El amor que nunca fue...

La Navidad es una buena época para ver películas, bien porque tenemos tiempo para ir al cine (el que pueda), o porque en la televisión nos bombardean con estrenos que nosotros seleccionamos y vemos porque nos llame la atención algún título, o porque preferimos ver la película que aguantar el tostonazo de programación que ofrecen los sesenta y pico canales que contiene nuestra TDT. Yo, además, aprovecho para ver películas de Navidad, desde "Cuento de Navidad" de Walt Disney al que le sigo teniendo un cariño especial por todo lo que me recuerda, hasta las más actuales como "Noche de fin de Año", "Love Actually" pasando, cómo no, por los clásicos, entre los que suele estar "Mujercitas" o mi preferida, "Qué bello es vivir", dirigida por Frank Capra en 1946. En ella, un jovencísimo James Stewart renuncia al sueño de su vida por dedicarse al negocio que su padre fundara a la muerte de éste, y el sinfín de situaciones en el que se ve envuelto hasta el final de la película como consecuencia de su forma de entender la vida, me hace siempre reflexionar acerca de lo que somos y deberíamos ser, sobre todo en tiempos de Navidad. Pero la película, además, la tiene a ella, y como hace tiempo que esta sección estaba vacía de contenidos, y a pesar de los comentarios "chistosos" que me van llegando por parte de algunas amistades acerca de los mismos, he decidido no obviarla y volverla a ilustrar con otra de las mujeres de bandera del cine de mediados del siglo pasado, Donna Reed, y sobran las palabras.


Fuente fotografía: www.unlugarenelcine.blogspot.com.es 

Comentarios

Entradas populares