Aunque no tengo que dar explicaciones...


No lo entiendo, os juro que no lo entiendo, pero es así...en mi ciudad, la mía, en la que habitan los que llevan mi apellido desde muchísimos años atrás, no se puede ser más que del Real Madrid o del FC Barcelona, ya que si te sales de esos dos a la hora de elegir un equipo al que animar, pues ya te llueven las críticas. Si desde chico has pegado en tu pared fotos de los jugadores merengues o azulgranas, te has comprado sus elásticas, casi a una por temporada, y has cantado a los cuatro vientos el castizo himno madrileño o el culé (éste con más dificultad), eres una persona normal, lleno de amor por los colores de unos equipos que, no obstante, no pertenecen al equipo de tu ciudad, el Granada CF, porque no olvidemos que éste, mal que nos pese, no lleva en primera mucho tiempo. Por eso, el granadinito de a pie, el superaficionado que presume de sentir los colores rojiblancos, resulta que antes es del Madrid o del Barça y que, además, cuando vienen éstos a Los Cármenes van a animarlos a ellos, porque son los colores que han querido desde chicos, ya que de los rojiblancos sólo tenían conocimiento por sus progenitores, caso en el que me encuentro, por supuesto, aunque haya visto más de un partido en el viejo Los Cármenes, cosa que muchos de los actuales aficionados no han hecho. Pero en esta ciudad sucede, además, una cosa fastidiosa, y es que, si tu afición por el fútbol se traslada a varios kilómetros de nuestra malafollá granadina allende la A-92 (p.e), eres un proscrito futbolístico y si, encima, el estadio que te llama es el Ramón Sánchez Pizjuán, los comentarios se suceden porque, en Granada, "no se entiende como te puede gustar el Sevilla"...pues veréis, aunque no sea sevillano (a pesar de que si de algo me arrepiento es de no haberme ido allí cuando tuve la ocasión) esa ciudad me llena, y lo hace porque su gente siempre me demuestra cariño y respeto por la mía, me acoge y me trata bien, se me abre en primavera y me invita a sus calles, a su feria, a su Semana Santa, y durante todo el año, echo de menos no poder pasearla todas las veces que a mí me gustaría, cosa que no reniega, creo, de mis raíces granadinas en absoluto. 


Me gusta el Sevilla porque sí, lo que no resta ni un ápice a mi afición por el Granada, equipo que me duele hasta el punto de enfadarme con él en numerosísimas ocasiones, aunque lo quiera con locura, como me peleo con mi familia y luego la sigo queriendo igual. Os agradezco que os preocupeis por mí invitándome a seguir a otros equipos, pero no quiero que os preocupeis más, soy del Sevilla, como tampoco quiero que sufráis lo innecesario si, de vez en cuando, me escapo a ver atardecer desde el puente de Triana, porque sólo yo decido a quién animo y a quién quiero, y como no encuentro otra manera mejor de expresarlo, lo haré tomando prestadas las palabras: "Granada es mi madre, pero Sevilla es mi novia"...así que, aunque no tengo que dar explicaciones, me gusta dejar las cosas claras por si, de vez en cuando, alguien se cree superior o mejor que yo, porque se rasga la elástica Nazarí de cuatro años a esta parte.

Las fotografías que ilustran esta entrada corresponden, por orden ade aparición, a www.lafutbolteca.com y www.minube.com





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