...haberos conocido.
Llegué sin saber qué iba a encontrarme, alerta mi mente por las veces que pasé por la puerta del viejo edificio sin entrar, y preparado para salir corriendo a la primera de cambio si algo no me gustaba, afortunadamente, no tuve que hacerlo (bueno, puede que ahora sí...). Llegué tarde, aunque dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, porque llegué imberbe en el conocimiento acerca de los grandes fotógrafos que mis compañeros ya dominaban. Nombres que sonaban en mi mente por primerísima vez, y que luego descubrí, para mi regocijo personal, que no me eran tan desconocidos a juzgar por las imágenes que se iban sucediendo en esas clases de salón de actos, mañanas de sueño, frío y fotografía en estado puro.
Nos fueron presentando, poco a poco, y a medida que avanzaban los días me fascinaba más el mundo del blanco y negro, de la fotografía artesanal, la bohemia y un poco romántica, que va surgiendo de la nada, que nunca es por casualidad, y que siempre te hace pensar algo...¿quién es? ¿cómo se llama? ¿a qué se dedica? ¿qué mira?...
(fotógrafo: Bernard Plossu)
Cuando llegué, no sabía de su existencia, de las cosas que habían hecho y por qué sus nombres permanecen escritos con enormes letras mayúsculas entre los grandes de este maravilloso mundo al que, ingenuos, algunos aspiramos. Llegué con una cámara digital (dx) que usaba muchísimo, aunque no siempre conseguí sacar algo importante, será porque no he hecho aún mis 10.000 primeras fotos que, según Cartier-Bresson, serán las peores, y lo bueno está por llegar. Al cabo del tiempo, de hacer fotos con una lata y sacarle partido, de comprarme una cámara de carrete y de revelar unos cuantos de ellos en el laboratorio, me he dado cuenta de que eso es lo mío, quizá por mi naturaleza clásica y anclada en el pasado, a modo de "Midnight in Paris", pensando que siempre la época anterior a mi generación es la mía (cómo me hubiera gustado vivir en la Granada del XIX, o en la de principios del XX), viviendo aburrido la que me ha tocado, y creo que me gusta porque he ido viendo cosas que me llenan y que busco, ahora, cada vez que cojo la cámara...
(fotógrafo: Brassai)
(fotógrafo: Elliot Erwitt)
Quizá algo en mí ha cambiado desde que llegué a hoy, quizá he acabado odiando lo moderno y desechándolo como un trasto inútil y he abrazado lo de siempre porque lo necesitaba, porque algo en mi interior luchaba por rescatar la vieja cámara de papá y volver a disparar con ella, y para eso no necesito digitalizar mi mundo, de hecho no lo quiero, fundamentalmente porque las otras fotos me parecen sublimemente atractivas,...
(fotógrafo: Ralph Gibson)
Por eso, porque entiendo que para hacer fotos actualmente debemos empezar por el principio, quiero seguir bebiendo de la misma fuente que todos esos que me han hecho descubrir un mundo que sentía que no me pertenecía, para hacerme comprender que sólo era cuestión de intentarlo. Gracias a esos lunes de butacas viejas, y a los viernes de laboratorio, he podido sentir, como ellos, esa magia que tiene meter un papel en un líquido y que salga una foto, tu foto, sin ningún tipo de intermediario...tú y tu cámara, tú y el visor, y luego, tú y la luz de seguridad...sólo puedo decir que estoy encantado de haberos conocido.
(fotógrafo: Fred Stein)
(fotógrafo: Henry Cartier-Bresson)
(fuente fotografía, por orden de aparición en este post: www.fotolabblog.es, www.blogs.deia.com, www.ellioterwitt.com, www.ralphgibson.com, www.theguardian.com y www.pilargg.wordpress.com)
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