Ya voy...
Ya voy, este año voy a cambiar las brumas tropicales por las soleadas, y mis pies pisarán otra arena en lugar de las conocidas piedras de las playas granadinas, clavadas en la roca. Dicen que la costa de Granada y la de Barcelona se parecen mucho; no lo sé, será cuestión de ir a comprobarlo, pero no será este Agosto.
Este Agosto voy a buscar refugio en las playas de Fuengirola, donde mi esposa viviera su estival infancia, y voy a buscar el mismo sol pero vestido con distinto traje, uno malagueño, bajo sombrillas de paja y hamacas de pago diario. Voy a sumergirme, por vez primera, en el mediterráneo, con ese "bichito" que me sonríe cada mañana y me echa los brazos cada vez que la despierto para irme al trabajo y voy a buscar, con ella, nuevas perspectivas fotográficas, cuando estrene su bañador y su cubito, cuando hagamos castillos de arena y cuando le unte de crema su cuerpecillo para llevármela de paseo bajo el sol andaluz. No sé por qué, pero me da a mí que voy a retroceder muchos años atrás, sólo con el simple gesto de buscar a mi mujer y a mi hija tras el visor, justo como hacía mi padre, con mi madre y nosotros, en los veranos de Playa Velilla allá por los setenta.
Ya voy, primero sólo por dos días, luego por seis, en este obligado ajuste de horas que el trabajo me ha obligado a hacer, y ya no sé cuantas cosas he reajustado desde que empecé, en Marzo, a vestir de nuevo bata, pero lo doy todo por bien empleado, ahora que el final se acerca y llega el merecido descanso del guerrero. La Cepa Playa, el Restaurante Elcano, el agradable paseo por la tarde-noche cubriendo algunos metros del paseo marítimo más largo de España, el monumento a Juan Gómez, el tiovivo, el olor característico de las playas malagueñas, en las que los espetos son más espetos y los boquerones saben diferente me esperan, desde esta misma mañana, para que abandone todo por unos días y me entregue al ocio, aunque sea por poco tiempo. Una cerveza Victoria, helada, para combatir el calor húmedo del litoral, y las ganas, intactas y a estrenar, de disfrutar de ellas, una vez más, a la orilla del mar tan importante en nuestras vidas. Este año es diferente en todo a los anteriores, el verano también, ya que sigo blanco a mes de primeros de Agosto, algo impensable hace apenas un año y medio, haciendo honor al nombre que nos dan los sexitanos a todos los que bajamos por la A-44 buscando su mar, "Sanitex", que oía casi a diario en mi niñez, cuando paseábamos por Almuñécar y que siempre me ha parecido algo gracioso, aunque puede que ese no fuera el resultado que los sexitanos esperaban al decirlo, no sé, alguno de mis lectores, seguro que podrán sacarme de dudas...
Pero mientras tanto, Fuengirola, ve sacando tu mejor luz para mi cámara, tu mejor brisa para mi descanso, tus mejores noches para mi esparcimiento y tu mejor sonrisa para esa niña que este año va a bañarse en tus playas por vez primera...esperadme, que ya voy...
Hasta la vuelta...
Fuente fotografía: www.villadeayora.es
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