Antojo sevillano...
Seis años...seis, han pasado desde aquel Viernes de Dolores en que mi amigo del alma celebrara su cumpleaños en la desaparecida Abacería "Los Macarenos", en pleno corazón del barrio de Pino Montano. En dicho bodegón, en el que se han fraguado algunas de las mejores conversaciones cofrades en las que he tenido el placer de participar, entre coplas de carnaval, espumosa cerveza y ese sol sevillano que calienta alma y espíritu, se comió y bebió hasta decir basta, como siempre es habitual en Casa Gandiaga, pero de ese día guardo un recuerdo especial de otra cosa...
Antes de empezar a comer, que los pasos si se come bien se sacan mejor, y ese día era Viernes de Dolores (¿lo he dicho ya?)...aparecieron de pronto papeles "grasientos" de estraza que se fueron disponiendo de a dos, como los guardias civiles, a lo largo de las mesas donde los comensales esperábamos, con su carga (que no olvidaré jamás) de suculentos chicharrones...desde entonces, desde aquel día, recuerdo con muchísimo cariño (y más hambre) el sabor de los chicharrones acompañados de la cerveza fresquita...cierro los ojos y me veo, sentado con mi mujer, en un extremo de la larga mesa en donde, como digo, algunos cantaban coplas de carnaval. se sucedían las anécdotas, y se celebraba, un ocho de abril que no era tal, el cumpleaños de mi amigo. Luego vendría el café con leche, los maravillosos pasteles de pastelería Osuna y, por supuestísimo, la inolvidable tarde costalera en tierras hispalenses y, desde entonces, sueño con ir a Sevilla un día que no sea Domingo (todavía no se ha dado el caso) para poder comer de nuevo los chicharrones del mercado de la calle Feria...
Viva Sevilla, y olé!!...
P.D; amigos sevillanos, ¿cuándo repetimos?
Fuente ilustración: www.pintandoagua.blogspot.com
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