Un día al año...



Hay un día al año en el que te siento más cerca,mucho más que cuando tu palio queda por encima de nuestras cervices, y Granada no sabe si quedarse mirando tu cara o seguir con su rutina.

Ese día del año, ése en el que tus priostes obran milagros de ornamentación para que luzcas más bella, ése en que la vida del escolapio se para justo el tiempo en que se pone a tu altura, es el día en que las palabras no me salen, y no acierto a decirte nada, colapsada el habla por los latidos de un corazón que lleva latiendo por Ti tanto tiempo que ni se acuerda. En ese día, sólo en ese día, mis ojos se quedan a la altura de los tuyos, y quisiera cogerte de la mano para decirte que estés tranquila, que todo saldrá bien, y que la pena que te aflige se hará más llevadera...quisiera rodearte por la cintura y sentarme contigo en un banquito de la iglesia e intentar consolarte, quisiera hablarte tanto, mirarte tanto, que cuando mis pasos atraviesan las puertas laterales de tu casa me acelero, se me aturullan las ideas en el entendimiento de tal forma que, cuando llego ante Tí, no tengo casi resuello y me falta todo, no te digo nada...otro año más que quiero pararme ahí, en ese punto exacto en que pareces mirarme, para darte gracias por tantas cosas que me das, presentarte a mi pequeña que ya corretea delante tuya diciéndote "Virgen Guapa", y otro año que tu belleza me subyuga, y quedo reducido a un niño torpe y tímido ante el amor de su vida.

Así te siento, ese día del año, en que Diciembre cede su frío para que el calor que Tú nos das a todos tus hijos nos haga pensar que es Primavera, que llevamos un costal debajo del brazo, y que vamos a darte el paseo que esperas, el que esperamos, el que necesitamos. Ese día del año, me faltan las palabras, suerte que, de vez en cuando, te habla mi cámara...     






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