Mis silencios...


Mis silencios se esconden tras la capa de la timidez, allá donde nunca pueden ser descubiertos. Tras ellos se parapeta mi indecisión a la hora de afrontar casi todo y muy pocos saben o conocen los entresijos de esta sesera que, a pesar de todo, sigue maquinando cosas casi a diario. Ellos viven en la oscuridad de una personalidad fuerte, alimentando un carácter que a veces resulta desabrido y que hace inaccesible mi verdadero yo para aquellos que son foráneos a mis cosas. Muchos golpes recibidos a destiempo y por gente a la que he querido demasiado han procurado que se cierre en banda mi fondo de buena persona, y que sólo los muy, muy, muy cercanos conocen de verdad; generalmente, amigos de la infancia, adolescencia y, como no, algunos de las trabajaderas, de los que puedo presumir como amigos y a los que les gusta pasar el tiempo conmigo, por encima de mi pronto inicial y más allá de la "malafollaíca" que gasto.

Este lunes de tiempo desapacible, en el que he amanecido optimista y pensativo, reflexivo y distante, he puesto sobre la mesa de mi vida los puntales de la misma, y sigo viendo los mismos ojos, las mismas voces que llevo viendo desde hace muchísimo tiempo; las mismas caras que me han acompañado en los buenos momentos, y las que se han quedado en los malos; las caras de la gente que me importa, y las caras que se han ido incorporando, por derecho propio, al parco elenco de personas que me consideran importante. 

Anoche, una película me volvió a recordar que al final de la vida, sólo dejaremos aquí lo que hayamos querido sembrar, y gracias a ellos yo estoy recogiendo cosas buenas; gracias a ellos me enorgullezco de la palabra amistad y gracias a ellos tengo una puerta a la que llamar cuando las situaciones sean adversas. Anoche me acosté pensando en todo esto, y esta mañana vuelven a llamarme mis silencios...

Comentarios

Entradas populares