Uno que no olvidaré...por José Moreno Ferro
Buenos días, hoy inauguramos sección en La Ventana del Abuelo, y lo hago de la mano de aquellos amigos que han tenido a bien acudir a mi llamada para compartir conmigo, y con los seguidores del blog, ese momento de sus vidas cofrades que sobresale por encima del resto, aun a pesar de la dificultad de seleccionar uno de ellos, ya que de todos es sabido lo completa en vivencias que es la vida de un cofrade. A partir de hoy, los recuerdos de ellos pasarán a formar parte, también, de la memoria cofrade de este blog.
Gracias a todos por la colaboración, os dejo con José Moreno Ferro (Ferro para los que lo conocemos bien)...
"En mi dilatada ya vida cofrade me he encontrado muchas experiencias, unas agradables y otras no tanto, como no podía ser de otro forma en tantos años. Pues bien, cuando volvimos de la Peregrinación a Roma con María Santísima del Mayor Dolor, nuestra "Perla Negra", como dirían algunos, me detectaron una hernia discal, con lo cual se acabó lo que se daba, me convertí en un cadáver costalero, un alma en pena, se abrió el cajón de los calvarios, en aquellos momentos pedía la eutanasia costalera.
Pero la vida da muchas vueltas, esto me enseña que nunca debemos perder la Fé en lo que queremos o amamos, igual más adelante el tiovivo de la vida nos deja subir de nuevo inesperadamente, como así me ocurrió. Tras muchos años de natación y pilates y otras "mariconadas", parece que mi espalda maldita me dió tregua, como si fuese el volcán de Sierra Elvira parece que no tiene erupciones ya. Algunos me comentaron de echar un ratillo en La Magna Mariana y salir aunque fuese solo en la mañana, y así fue , volví al lugar de donde nunca debí salir, me supo a gloria, ni capataz ni "gabinas", ni nazareno ni pregonero, ni juntas ni vocalías, nada se parece a estar debajo de ese pedazo de cielo que es un palio, como diría el Padre Iniesta. Es el lugar donde quiero vivir y donde hay que morir, Lejos de los mentideros donde se mezcla el incienso con la traición y la mentira, y es el lugar donde mejor puede uno rezar y en donde hay más verdad que un ningún sitio.
El salir de nuevo me dio la vida, volví a ser niño, sé que es una locura pero ahí estoy , llegué para una chicotá y llevo para 3 años ya. El palio es la Córdoba de los Omeyas, el cruce sin par de culturas, lo mismo hay abogados que panaderos, que igual en un palo hay un municipal con un boticario, en ningún lugar se da esa mezcla de géneros y todos con el mismo fin, el amor a Ella. Esa bocanada de juventud me llegó, y compartir con mi gente de nuevo es un disfrute. Si ,disfrute, qué paradoja se da, que digamos que vamos a disfrutar cuando allí se va a sufrir; alguien nos podría llamar masoquistas, pero es así, qué curioso que al terminar las chicotás más duras se oye al final "¡¡bieennnnn, niño, bieeennn!!".
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