Granada en cien fotos
con falta de color y despintadas;
la colina sí es la misma, mi Granada
ha tiempo que lloró por su fortuna.
Semiocultó el tiempo aquella luna
tantas veces dibujada, abocetada,
esculpida, escrita, imaginada,
por errantes manos oportunas.
Granada, otrora cuna de poetas
del amor y las musas siempre dueños,
huérfana quedó, duerme incompleta.
A sus calles, anfitrionas de los sueños,
barriéronles la esencia; en sus macetas
florecen, con penar, sus desempeños…
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