Hoy, esta mañana, ya...

Ha llegado la hora, una vez cada lustro, ahora menos, este que os escribe desde el atril de sus vivencias, se viste de costalero. ¡vaya una novedad!, pensarán algunos, pero lo cierto es que só que lo es. Es una novedad porque cada vez que te metes debajo de un paso, es como si todo fuera nuevo, ya que nada es igual, y eso bien lo saben los que todos los años que el físico les deja, sacan a Jesús y a María por las calles de la ciudad; Pero es una novedad porque no todos los días, ni todos los años (un lustro hace que lo hice yo la última vez) se tiene la oportunidad de llevar a Dios, sin apellidos, sobre la malgastada cerviz que los años van deteriorando. Y no todos los años, además, lleva uno a Dios, sin más, haciendo historia costalera en nuestra Granada; y es que, hoy, Jueves de Corpus, días grande de nuestra ciudad porque tuvimos a bien mantener la fiesta en Jueves y no pasarla al Domingo, se cumplirán veinticinco Jueves que relucen más que el sol, en los que, a Dios, lo llevan los costaleros de Granada.

Para los cristianos, no es una procesión cualquiera, ya que aquí no hay imágenes a través de las cuales vamos hacia Dios, rezándoles en sus pasos, cuando la Semana Santa inunda el calendario, sino que hoy, es el mismo Dios, hecho carne en la Hostia Consagrada, por lo que la ciudad, sabedora de la grandeza del día, se echará a la calle para honrar a su divina Majestad y pedirle todas las cosas que se le piden, cuando el sol granadino aprieta, sobre alfombra de juncia (si bien se echa en falta mucha más, que antes no se veía el asfalto bajo la verde capa), y con las emociones a flor de piel propias del día. (A mí me recuerdan todos los años que me perdí una mañana de Corpus por querer ver a los caballos, que iban abriendo el cortejo, y me rescató una amiga de mi madre que reconoció mi cara, sofocando así la de susto que tenía mi progenitora mor de la afición hípica del niño que, pasado ese día, desapareció por completo).

Hoy es el Día. Hoy se viste uno de blanco con otro aire, prepara su costal de otra forma, se enfrenta al paso con la misma profesionalidad, pero con esa nota diferenciadora que otorga el saberse protagonista de una historia de Fe, de legado, de tradición, de Granada,...una historia que se repite año a año, pero que sólo cada cinco se puede vivir de costalero. Así que, yo voy en busca de ese momento de conexión con Dios, única, irrepetible, y mía. Vosotros, disfrutad de Granada en su fiesta por excelencia, que el Jueves de Corpus, es hoy, esta mañana, ya...

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