Me querrá, no me querrá...
Van cayendo las hojas de la margarita y, mientras caen, a esa velocidad que no podemos controlar, con ellas se van las esperanzas que pusimos en ese amor que no era, pero queríamos que fuese. Con ellas van pasando, también, aunque nosotros no lo veamos o no queramos verlo, los pocos "clavos ardiendo" que van quedando en las relaciones vacías, y que sus protagonistas, instalados en vete tú a saber qué algoritmo, mantienen así, sin plantearse que la vida es más que las cuatro paredes del trabajo y de la casa que se cae encima.
Vamos pasando, pétalo a pétalo, los momentos vividos al lado de quiénes algún día nos quisieron, al lado de los que algún día quisimos, y con ellos se van las imágenes felices que hicieron navegar la nave con viento de popa, y esas otras que frenaron en seco nuestras ansias..."me querrá, no me querrá"...matrimonio, "me querrá, no me querrá"...hijos, "me querrá, no me querrá"...felicidad. La margarita no es más que una flor, pero nosotros siempre le hemos dado alas de pitonisa y demasiadas responsabilidades, dejando que sus blancos pétalos decidieran sobre si tal o cual nos iba a querer de por vida, o nos la iba a destrozar y, claro, luego viene el llanto y el crujir de dientes, cuando la vida pasa y la margarita no tiene la culpa de que un mal nacido no te valore, te maltrate (no físicamente, hay muchas maneras de hacerlo sin poner una mano encima) o que la mujer de tus sueños sea ahora la de tus pesadillas.
La vida la construimos nosotros, no deshaciendo margaritas, sino peldaño a peldaño, ladrillo a ladrillo, y deberíamos tener algo que nos avise de que el edificio se va a desmoronar a medio hacer, o que es mejor no empezar ni a construirlo. Quizá sí tenemos ese algo que nos avisa, pero lo vemos muy tarde, y de tan tarde no tiene remedio. Quizá los que tenemos la felicidad instalada en nuestras vidas no vemos que la margarita se ha deshojado ya para muchas personas de nuestro alrededor, y quizá esas personas necesitan que alguien le abra los ojos antes de tiempo...quizá la culpa la tienen los pétalos..."me querrá, no me querrá"...
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