Pues eso...



¡Qué poco dura lo bueno que dura poco!...hace nada comenzaba el mes de Agosto que, en su final, me iba a dejar días de sol y playa en la Costa del Sol para disfrutar de mi familia y mi tiempo libre que, más que libre, ha sido meteórico, y ya estamos inmersos en el mes de los nardos, de las acerolas y de las tortas de cabello, y es que este mes suena a Angustias, y me sabe a chocolate con churros despidiendo el verano. 


Aquí estoy, de nuevo al pie del cañón, o del teclado, cogiendo fuerzas para un nuevo año, y es que éste no acaba en Diciembre (en Diciembre nace el Hijo de Dios) sino en Agosto, ya que en Septiembre todo vuelve a empezar de nuevo, por lo menos en este país en el que hemos nacido, que paraliza todo durante el mes 8, desde las colegios a los juzgados, pasando por hospitales y universidades; toda España entregada al solaz y a la tumbona, para que luego el "moreno" se nos vaya en una semana a lo sumo, quedándonos otra vez con nuestro traje de invierno. 

Para mí se acabó lo bueno que dura poco y, aunque ha sido intenso, aunque he disfrutado todo lo que he podido y más, aún me quedo con ganas, pero hay que guardar cosas para las próximas vacaciones, que diciembre está a la vuelta de la esquina y 2018 llama a nuestras puertas muy completo, aunque de eso ya os iré hablando a su debido tiempo. 

Regreso con muchas fotos, muchas reflexiones esbozadas, muchas sonrisas y muchos besos que, como bolsa de chucherías, iré sacando poco a poco para endulzarme la vida cuando sople el Cierzo y así poder dar cuenta en esta bitácora verde de todo lo bueno que ha pasado y está por pasar, que ya está bien de desayunar amarguras por las mañanas, que las únicas Amarguras que deberían estar presentes en nosotros son las que escribiera Font de Anta...

Señoras y señores, Madame et Monsieur, demos un fuerte aplauso al mes que hoy comienza, ¿qué no?...pues eso...

Comentarios

Entradas populares